“Es un feminicidio, sí, para las feministas”, expresó el fiscal investigador Jorge López cuando los periodistas preguntaron acerca del crimen ocurrido en San Pedro en los últimos días. El sentimiento de indignación crece ante dicha afirmación, pues fue emitida por una persona que, supuestamente, debería manejar al dedillo las leyes.
Pareciera que el comentario del agente del Ministerio Público nace a partir del desconocimiento de las normas legales, pues el artículo 6 de la Ley N° 5.777 tipifica como feminicidio cualquier acción que atente contra la vida de una mujer por su condición de tal.
Asimismo, vale la pena aclarar la diferencia entre las palabras involucradas en el debate. Se puede hablar de homicidio cuando el asesinato ocurre de manera no premeditada; por otra parte, se trata de feminicidio cuando la persona que perpetró el crimen pertenece al entorno de la víctima o si el móvil del hecho fue su condición de mujer.
El fiscal López no es el único que devalúa la existencia del término feminicidio en nuestras leyes. También, numerosos internautas sostienen que este vocablo representa una “exageración” por parte de ciertas personas y que homicidio debe ser la única manera de referirse a cualquier asesinato, sin hacer distinción de sexos.
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Suponiendo que el fiscal no desconozca dicha ley y que, en el peor de los casos, esté disconforme con lo expresado en ella, su comportamiento muestra la escasa importancia que da a los feminicidios en general. ¿Quién, en sano uso de su razón, puede referirse con sarcasmo hacia una problemática tan preocupante como el asesinato de mujeres en nuestro país?
No se trata de que determinadas muertes violentas sean más impactantes que otras, sino que los feminicidios poseen un agravante que los diferencia del resto de los casos, pues muchas mujeres no se encuentran a salvo ni bajo su propio techo. Las mismas, incluso, llegan a convivir con su golpeador y potencial asesino; además, algunas se sienten temerosas de salir solas de noche, porque existe la remota, pero real, posibilidad de que sean parte de las estadísticas de feminicidio a la mañana siguiente.
Según el Observatorio de Violencia de Género, en enero de 2018, hubo cinco feminicidios registrados en territorio nacional y dos en el exterior; mientras que, en el primer mes de este año, ocho mujeres han perdido la vida en nuestro país y una paraguaya fue asesinada en otra nación. Además, en la región de América Latina, la suma sube tanto que se encuentra rondando las 280 víctimas en el mismo período.
Aunque la muerte de una mujer no deba ser considerada más importante que la de un hombre ni viceversa, los feminicidios merecen un seguimiento tan exhaustivo como cualquier otro caso, de la mano de fuertes campañas de prevención que necesitan ser oídas.
Ya es hora de romper definitivamente los arcaicos esquemas mentales que posicionan los feminicidios en el rango de “exageraciones de fanáticas”. Te consideres o no feminista, seas hombre o mujer, luchar por el anhelado fin de la violencia de género y de los feminicidios debe ser también tu causa.
Por Belén Cuevas (17 años)