La semana pasada, surgió la noticia de que médicos españoles lograron que el número de células con el Virus de Imunodeficiencia Humana disminuya en la sangre de cinco pacientes, por medio de un tratamiento de células madres. Esto se convierte en una gran esperanza para miles de portadores de esta enfermedad, quienes han esperado por mucho tiempo un alivio en su constante batalla.
¿Sabías que fue gracias a un paciente con cáncer, portador del VIH, que se hizo este descubrimiento? Timothy Brown había sido diagnosticado con leucemia y se ordenó un trasplante de células madres como tratamiento de la enfermedad en el 2008. Luego de una recaída y la insistencia con el tratamiento, los médicos notaron que el VIH había desaparecido.
A raíz de esto, los científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa buscaron revalidar estos resultados y ver si podían replicarlos en otros pacientes con VIH. Hasta el momento, luego de dos años, los portadores que forman parte del tratamiento tienen el reservorio viral indetectable.
Entonces, ¿se encontró o no la cura al VIH? Aún no se puede afirmar esto, pues tiene que pasar un determinado tiempo para observar si existe algún rebrote del virus y cómo evoluciona. Si la enfermedad no vuelve a aparecer, la cura habrá sido hallada.
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El siguiente paso para comprobar que el tratamiento es efectivo consiste en suspender el trasplante de células madres a los pacientes y comprobar si vuelve o no a brotar el virus. Hasta el momento, Timothy Brown es el único portador del VIH curado, pues luego de 10 años no reapareció la enfermedad.
En nuestro país, según el Programa Nacional de Control del SIDA, anualmente, se diagnostican entre 1.300 y 1.400 nuevos casos de VIH. La mayoría de los portadores son jóvenes de entre 20 y 34 años; si este tratamiento resulta efectivo, la calidad de vida de millones de personas, alrededor del mundo, mejoraría notablemente.
En décadas pasadas, se creía que los pacientes con VIH o SIDA podían contagiar a las personas a su alrededor con el simple hecho de pasar la mano; luego se descubrió que podían tener una vida digna gracias a tratamientos y medicamentos. Este puede ser el siguiente paso que daría, finalmente, la tan esperada cura al VIH.
Por Divina Alarcón (18 años)