Entre riquezas y desigualdades, nuestro país es un mar de contradicciones

Tierra de incoherencias: crece la economía y, a la vez, la pobreza extrema; además, aun con dos hidroeléctricas, sufrimos cortes de luz. Uno de los países más “felices” del mundo sufre grandes desigualdades; ¿ya estos hechos paradójicos nos caracterizan?

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Nuestro país es conocido como el territorio de las contradicciones y una de las anécdotas, más cómicas en este contexto, se dio con un grande de la literatura y el periodismo: Gabriel García Márquez. En una ocasión, le contaron acerca de la sopa paraguaya y el genial “Gabo” respondió: “De un país que tiene por plato nacional una sopa que es sólida, no quiero imaginar cómo será el resto”.

Así como este escritor del realismo mágico no puede concebir esta idea, muchas veces tampoco nosotros logramos comprender ciertos rasgos de nuestra sociedad. Uno de los claros ejemplos de esta realidad es el problema en materia eléctrica que padecemos pues, a pesar de que contamos con Itaipú, una de las mayores productoras de energía a nivel mundial, y Yacyretá, que opera desde 1994, en cada verano o cualquier tormenta sufrimos los clásicos cortes de luz.

Según el presidente del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, Juan José Encina, nuestra nación podrá acceder plenamente a la energía de Yacyretá recién en diciembre de este año y a la de Itaipú, en el año 2022. Ahora, teniendo en cuenta que la infraestructura en materia eléctrica siempre ha sido nuestro punto débil, solo saldremos beneficiados, si se cumplen los trabajos del “Plan Maestro” de la ANDE.

Otra de las incoherencias de nuestra población se da en el área económica pues, mientras los niveles de extrema pobreza persisten, destacadas autoridades internacionales elogian el supuesto crecimiento económico del país. Mike Pompeo, el secretario de Estado norteamericano, halagó el crecimiento del 4% de la economía paraguaya, que es superior al de los demás países vecinos.

No obstante, según la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, la pobreza extrema subió un 0,4%, lo que significa que 33.000 ciudadanos más no pueden acceder a la canasta básica. A pesar de que en este sondeo no se incluyeron otros indicadores importantes, esto nos da la pauta de que la miseria persiste en muchas familias.

Las paradojas ya son, prácticamente, nuestro pan de cada día, pues todo el tiempo emitimos quejas de los actos corruptos que cometen los políticos de turno; sin embargo, en el momento de las elecciones, volvemos a colocar en la silla de poder a los mismos ineficientes de siempre. Por otro lado, como ciudadanos, no perdemos la oportunidad para evadir alguna multa, ofreciendo coimas a los miembros de la Policía; ¿acaso no es igual de incorrecto no respetar las leyes de tránsito?

Estas desigualdades representan solo algunas de las contradicciones que nos caracterizan y, a pesar de que nos resultan un poco cómicas, está en nuestras manos el poder de cambiarlas. Por tanto, cuando reclames alguna de estas injusticias, recordá que podés aportar tu granito de arena para erradicarlas.

Por Rebeca Vázquez (18 años)

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