En Villa Hayes, en horas de la madrugada de este martes, un hombre fue detenido por abigeato, es decir, estaba transportando una oveja robada en una moto. Los policías de la zona, al ver esta irregularidad, decidieron dar un alto a este hurto atajándoles a los dos autores del delito menor; sin embargo, uno de ellos logró escapar de los uniformados y se escondió en una zona boscosa.
Sabemos que robar es un delito y debe tener su propio castigo, de acuerdo a qué tan grave sea la situación. Guardar un simple caramelito de tu compa o esconder dinero de la cartera de tu mamá son actos que, por simples o inocentes que parecen, terminan gustándote y pensás intentarlo de nuevo.
A veces, tus mayores dejan pasar la penalización de tus malos actos porque, una vez que te pillaron, juraste que no ibas a volver a hacerlo. Esto también pasa con muchísimos “mimados” de la justicia; los respectivos castigos no son aplicados como se debe, pues algunas personas tienen por ahí algún contacto que les ayuda a zafar de la situación o, simplemente, poseen mucho dinero.
Si se aplicaran las penalizaciones a todos los ladrones y a los que cometen faltas, la mayoría de los políticos y algunos empresarios inescrupulosos rebosarían en las precarias cárceles que tenemos en el país. Lastimosamente, nuestra justicia está en decadencia y se deja en libertad a personas privilegiadas.
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Para dar un ejemplo, muchos involucrados en el robo de US$ 176 millones de Cajubi (Caja de jubilaciones de Itaipú) siguen en libertad, mientras que unos pocos se encuentran pagando las consecuencias de sus actos bajo la justicia. Imaginate si a los culpables de este fraude se les agarra in fraganti al igual que los muchachos del robo de la oveja, ¿pensás que les van a dejar en libertad fácilmente?
Por más que tu delito sea minúsculo o gigantesco, debés pagar los consecuencias que eso acarrea. Si robaste un 10 mil de tu mamá, una oveja de tu vecino o cientos de dólares a una entidad, hacete cargo de tus actos; es por tu bien y el de toda la comunidad. Acordate que las mentiras tienen patas cortas y sí o sí te van a pillar o delatar si hiciste algo ilegal o fuera de lugar.
Por José Peralta (18 años)