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Ahorrar hasta llenar la famosa alcancía de chanchito es el sueño frustrado de toda persona que quiere juntar su dinero, ya que cuando salimos con amigos o se acerca el fin de semana, sin falta una caja de billetes y monedas debe ser vaciada. Juntar plata es una de las metas que nos proponemos cada comienzo de año, pero con el correr del tiempo llega un punto en el que nos preguntamos “en qué lo que gasté tanto”.
Ese 5 mil'i diario que tus papás te dan para el recreo y el viático que recibís por tu labor suman para poner en marcha una futura cantidad de efectivo. “Qué lindo llavero, lo voy a comprar” o “mirá esa tasa de emoji, debo tenerla” son manifestaciones previas al despilfarro de plata. Los colgantes, las agenditas, los accesorios o golosinas son las principales barreras para juntar la guita.
Si la mayor parte de tu jornada pasás fuera de casa, ponete a pensar cuáles son los gastos necesarios del día a día: el pasaje, el almuerzo, la merienda, las fotocopias del colegio o de la facu. Cuando te das cuenta que te sobra 4.000 de ese 100.000 que tenías y no sabés a dónde fue a parar tu money, tranqui, existe una app gratuita que se llama Monefy que ayuda a controlar cuánto se invierte por semana y por mes, solo se debe agregar cada monto manualmente.
La conocida frase “la plata viene y se va” es el último recurso cuando estamos a punto de despilfarrar en cualquier vyrorei. Sin embargo, el ahorro puede ser el salvavidas en algunos casos, por ejemplo, si se te presenta un aprieto económico o cuando se necesitás medicamentos, olvidate de pedir plata prestada al vecino o al usurero porque tu chanchito guardado en el ropero está para cubrirte las urgencias.
La regla 50/20/30 es un método de la compañía americana, Learn Vest, la cual recomienda cómo debés destinar tu dinero; o sea que, del sueldo mensual, un 50% se invierte en gastos fijos, como el alquiler, la ANDE, el agua, etc. Un 30% en tus necesidades básicas: comida, pasaje o esa ropa que viste en la boutique y no sale de tu mente. Mientras que ese pequeño 20% restante debe ir a parar directo a la alcancía.
¡Claro!, en muchos casos, el sueldo ni siquiera alcanza para ahorrar, ya que, tristemente, motivos de precariedad se interponen a una alcancía. Pero vos olvidate de ese 2.000 que te sobró, hacé como que no existiera y guardá hasta que explote tu chanchito.
Por Ezequiel Alegre (17 años)