Halloween, traducido en español “víspera de todos los santos”, esconde durante años una gran tradición en todo el mundo. Acá en el país, lo único que se ve de esta celebración son las fiestas de disfraces y películas de terror con los mejores amigos. Al día siguiente, 1 de noviembre, se festeja una fecha muy importante para los creyentes. Muchos van a los cementerios a visitar a sus parientes difuntos.
Según la leyenda, la línea que divide el mundo de los muertos del de los vivos es más delgada durante la noche del 31 de octubre. Por eso, en las películas de Halloween, las personas pasan de puerta en puerta disfrazadas y pidiendo dulces a través de la frase “dulce o truco”, en homenaje a los espíritus. Esta consigna proviene del inglés "trick or treating", que se traduce como truco o trato y se basa en pedir un regalo; de lo contrario, recibirán algún susto, broma o travesura.
El día de Halloween es también conocido, en Latinoamérica, como la Noche de Brujas. Esto no significa que una hechicera, con su gran escoba, te aparecerá en la oscuridad... Bueno, tal vez sea tu mamá o tu hermana, pero no viene al caso. Hay muchísimas historias basadas en estas legendarias señoras con poderes sobrenaturales.
Los cuentos y narraciones de los amigos son infaltables. Sí o sí hay uno en el grupo que describe sus anécdotas paranormales en algún viaje o campamento que tuvo. Cuando uno empieza a relatar, todos le prestan atención, tu imaginación vuela y pensás cada detalle, mientras que algunos ya empiezan a sentir miedo.
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Generalmente, en las películas de terror podemos notar que siempre pasa algo fuera de lo normal; los objetos se caen o alguien muere misteriosamente. Si en la Noche de Brujas, la luz de tu casa comienza a titilar o se va completamente, no te preocupes que no es nada paranormal, seguramente es la ANDE que comienza a joder con sus cortes de electricidad.
No tengas miedo que acá no te va a aparecer Freddy Krueger en los sueños, tampoco un payaso asesino golpeando tu puerta para decirte “Dulce o truco”. Relajate nomás en tu casa y dejá que las pelis y las historias de terror hagan efecto en la oscura noche de Halloween que compartís con tus amigos.
Por José Peralta (18 años)