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La docencia es uno de los roles que se visualizan en todas las instituciones educativas, pues el trabajo de un profesor cumple un papel muy importante en la vida del alumnado. Aunque existan materias con poco dinamismo, se encuentran aquellos profes que parecen ser extraídos de una película de comedia o de terror.
Uno de los métodos de enseñanza, por ejemplo, consiste en proyectar unas 30 diapositivas y empezar a leer hasta que las horas cátedras se acaben; esta técnica es normalmente utilizada por “el profe lector”. Es mejor que pongas en práctica ser autodidacta para pasar aquellas materias con esta clase de profes, amantes del bla, bla, bla.
Enseñar cómo afrontar las adversidades de la vida, a veces, puede anteponerse al desarrollo de una materia, pues el profe “cuentacuentos" no deja pasar una sola anécdota. Este docente historiador es el preferido de muchos estudiantes; sin embargo, todo cambia cuando la hoja de examen nada tiene que ver con la vida del catedrático.
El show y el contenido de cada materia son asuntos separados; el “profesor somnífero”, que hace que no toleres su asignatura, también tiene el poder de aplazarte por culpa de quedarte dormido sobre el pupitre en lugar de cargarte de energías para aguantar toda la clase.
Por otra parte, existen docentes simpáticos y, a la vez, dinámicos que fusionan el arte de enseñar, manteniendo el interés de sus alumnos ante su materia.
Más te vale expulsar algunas carcajadas ante aquel docente de los chistes malos, para que la frase “no que quiere luego el profe, por eso me aplaza" no sea tu próxima excusa. Ah, no olvides que cuando el catedrático flash copie algunos datos en el pizarrón, tus manos deben ser más rápidas que las piernas del futbolista Kylian Mbappé.
Por otro lado, el teacher que, comúnmente, se encuentra en otros asuntos, independientemente al del salón de clases, siempre se hace notar por sus faltas, pues “el profesor invisible” también forma parte de la lista.
La vida académica es un largo trayecto cargado de responsabilidades y, claro, los profes complementan la esencia del salón de clases con colores vivos y opacos.
Por Ezequiel Alegre (18 años)