Nuestro país es una nación sumida en los problemas sociales y en la corrupción. El pan de cada día de los paraguayos es saber que algún motochorro asaltó o mató a un compatriota o que se descubrió un nuevo caso de desviación de fondos públicos. Lo normal es que la ciudadanía se indigne al conocer estos tristes casos que ensucian a la patria.
Esta indignación popular se traslada a las redes sociales; allí es el epicentro de las críticas al Gobierno o a la inseguridad reinante en el país. Es típico ver cómo algún señor dice que todo lo que ocurre en la nación es culpa de Cartes. Así también, está la señora que envía mensajes de odio a las autoridades y cierra el texto con alguna frase de religión o un “que Dios se apiade de ustedes, corruptos”.
Hoy día, las redes sociales están repletas de “guerreros del teclado”, es decir, personas indignadas que dicen que el Paraguay necesita un cambio, pero que esperan que ese cambio lo hagan otros. Esconderse detrás de un teclado y quejarse de lo mal que está tu país es fácil, ¿no? La ciudadanía está acostumbrada a reclamar, pero no hace algo para dar un nuevo rumbo a esa sociedad corrupta en la cual convive día a día.
Las noticias más comunes en el país son los asesinatos a manos de motochorros o la tragada de plata existente en las binacionales y en las licitaciones públicas. Al conocerse estas informaciones, las personas reclaman; en una de esas, alguien ya organiza una manifestación para tal día a tal hora. En el momento de la verdad, están diez gatos locos gritando frente al Congreso, cuando en los comentarios había mil personas pidiendo, con letras mayúsculas y emojis de furia, que salgan todas las ratas del Parlamento.
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Lo que pasa es que el paraguayito no quiere salir de su zona de confort, pero le encanta quejarse de todo lo que pasa y no aportar soluciones para el cambio. No está mal criticar lo negativo de la nación; lo que sí está mal es no contribuir en nada a la construcción de un nuevo país.
Mientras vos sigas siendo un guerrero del teclado, los politiqueros van a continuar chupando tu plata y los motochorros no dejarán de causar estragos en la sociedad. Total, ¡es mejor quedarte en tu zona de confort y que los demás solucionen todos los problemas que hay en el país, ¿verdad?!
Por Brian Cáceres Verón (17 años)
