Eduardo es un joven encarnaceno que se dedica a realizar tatuajes desde hace casi dos años. “Todo comenzó con un amigo que se hizo un tatuaje y, como yo era el que dibujaba bien en la clase, mis compañeros me propusieron ser tatuador”, recuerda el itapuense.
El joven empezó a averiguar los precios de las máquinas para hacer tatuajes y, con el dinero que tenía ahorrado, logró comprarse su primer equipo. “Cuando comencé, trabajaba con otro tatuador, pero actualmente tengo mi propio local”, comenta Eduardo.
“Todo lo aprendí por mi cuenta, era muy autodidacta, leía mucho, veía videos en YouTube y siempre practicaba”, relata el joven. Asimismo, cuenta que en sus primeras experiencias trabajaba después del colegio y, a veces, ni siquiera tenía tiempo de sacarse el uniforme.
“Para quienes quieren hacerse su primer tatuaje, tienen que ver si el artista que les va a atender es limpio, pues los materiales deben ser desechables, pulcros y el tatuador debe tener buena presencia e inspirar confianza”, destaca el joven. También resalta que es importante buscar calidad y no precio para un mejor resultado; desde G. 100.000 ya es posible hacerse un tatuaje dependiendo del diseño.
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Eduardo manifiesta que es importante escuchar los consejos del tatuador. “A veces, la gente hace caso omiso a los consejos del artista y busca otra persona que haga el diseño que quiere sin tener en cuenta todos los factores que pueden o no favorecerle al cliente; esto pasa más a menudo con los covers cuando hay que tapar un tatuaje mal hecho o cicatrices”, afirma.
“Generalmente, la gente mayor piensa que quienes tienen tatuajes son vagos, pero gracias a que gran parte de mis compañeros tenían tatuajes y en el colegio las profes sabían que yo era tatuador, dejaron de ver esto como algo malo”, expresa el joven.
Eduardo recomienda a los jóvenes que se quieran dedicar a esto que practiquen mucho, aprendan a tratar con la gente y tengan mucha higiene porque es un trabajo delicado. “ Es importante ser muy paciente y aprender a dibujar”, destaca.
El mensaje que Eduardo deja a los jóvenes es que realicen lo que más les apasiona: “Hagan algo que les llene de felicidad, ya sea en el arte, la música, el dibujo o lo que les guste, el dinero ya vendrá después. Si algo te entusiasma, sí o sí vas a progresar”, concluye Eduardo.
Por Divina Alarcón (18 años)
