/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/7UIJTVVIWZEU7C6U5BDQYC33O4.jpg)
Cargando...
"Buscamos beneficiar a la comunidad a través de una actividad dinámica, que va a enseñar a los niños a cuidar el medio ambiente y valorarlo, a través de talleres educativos acerca de hacer juguetes reciclados y plantar arbolitos, entre otros", cuenta Federico. “Teko Arandu” es el proyecto que se llevará a cabo este sábado 1 de diciembre en el barrio San Francisco a partir de las 14:00 hasta las 17:30.
Según Sebastián y Federico, a los niños les atraen más los trabajos manuales y, por ello, decidieron enseñarles a elaborar sus propios juguetes. En cuanto a los adolescentes, la plantación de arbolitos y la elaboración de basureros, además de constituir una necesidad en el barrio, son actividades dinámicas y llamativas para cautivar la atención de los que ya tienen mayor edad.
"Nosotros ya estamos haciendo basureros con materiales reciclados que los jóvenes van a ir ubicando en los lugares que quieran y también los van a pintar; además, vamos a enseñar a los niños a hacer juguetes con elementos reutilizados", cuenta Sebastián.
El joven añade que otra de las actividades previstas es la plantación de arbolitos, para lo cual cuentan con una donación de 50 plantines de Refopar que los pobladores ubicarán en los sitios de su preferencia; asimismo, realizarán la entrega de unos libros para la biblioteca de la escuela San Francisco. “Las personas que deseen ayudar como voluntarios o realizar donaciones pueden comunicarse con nosotros a través de las redes sociales”, agrega Federico.
"Lo que nosotros buscamos no es generar una transformación directa, sino aportar al cambio, pues sabemos que este no va a ser de una, sino paso a paso. Estamos confiados en que vamos a poder lograrlo porque ya observamos la emoción que nos transmitieron los chicos cuando estuvimos en el barrio inscribiéndoles para el proyecto", cuenta Federico.
Sebastián destaca que en el barrio San Francisco viven alrededor de 1.800 jóvenes de hasta 18 años y que el impacto que buscan causar en ellos es, principalmente, que estos chicos sean los precursores del cuidado ambiental en sus comunidades. "Deseo que otras personas se motiven al ver que nosotros pudimos realizar esto y se animen a hacerlo también en sus ciudades", comenta.
Federico y Sebastián resaltan que el voluntariado es una herramienta para hacer crecer una comunidad y alientan a los jóvenes a organizarse y practicar la solidaridad o a unirse a grupos que ya estén realizando actividades benéficas. “El voluntariado es poder transmitir eso que nosotros tenemos para que otra persona también pueda avanzar”, finaliza Federico.
Por Belén Cuevas (16 años)