Nuestra selección lleva ocho años sin participar en un mundial del fútbol. Las copas que fueron celebradas en Brasil y Rusia solo las pudimos ver por TV. En la últimas eliminatorias estuvimos bastante cerca del milagro, consiguiendo grandes victorias en terrenos difíciles como Argentina, Chile y Colombia; pero en la última fecha, la vinotinto nos robó la ilusión.
Quedarnos sin la clasificación fue muy triste, más aún mirando la camada de jugadores que hubieran llegado en su plenitud a Rusia. Almirón, Derlis González, los mellizos Romero,Tony Sanabria y Cecilio Domínguez, entre otros muchos talentos, tenían la posibilidad de representarnos en el máximo escenario del fútbol mundial.
Chiqui Arce dejó su puesto vacante luego del fracaso, pero pasaban las semanas y seguíamos sin entrenador, terminó el mundial y aún no anunciábamos a nadie, hasta que hace unos días fue confirmado Juan Carlos Osorio como nuevo DT de la Albirroja. El colombiano tiene mucha experiencia en clubes, consiguió varios títulos, entre los cuales destacan el Campeonato 2010 con Once Caldas, los 6 títulos con Atlético Nacional entre el 2012 y 2015, también llegó a una final de Sudamericana y otros logros.
En octubre del 2015 fue nombrado entrenador de la selección de México, clasificó a Rusia 2018 y en el mundial sus dirigidos dieron la sorpresa venciendo a Alemania; los charros llegaron a octavos de final, donde sucumbieron ante Brasil, finalizando en la posición 12 del campeonato. Osorio puede ser de mucha ayuda para incrementar nuestras chances de llegar lejos en la Copa América y, especialmente, clasificar al mundial de Qatar 2022.
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Sus experiencias en el Manchester City y su gustó por el buen fútbol pueden ser esenciales para la selección, ya que nuestro juego siempre se caracterizó por la fortaleza defensiva y aérea. Uniendo los métodos de Osorio, la garra guaraní y el talento de los jóvenes, se puede crear un grupo competitivo, capaz de pelear lo que sea.
Esperemos que el estratega colombiano pueda trabajar tranquilo, que siga un proyecto ideado fríamente, que vaya conociendo a los mejores de nuestro fútbol y aporte su estilo para obtener resultados y alcanzar las tan ansiadas metas que nos devuelvan el grito “¡Albirró, Albirró!”.
Por Diego Benítez (18 años)
