La payasita que alegra a niños y abuelos con burbujas, globos y mucho humor

Ir por el hospital con un burbujero y una nariz roja para dar alegría a los niños es la acción que realiza Natalia Duarte (27). La payasita explica que no por vestir ropas coloridas, uno ya está preparado para hacer reír a abuelos y niños enfermos.

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La fórmula perfecta para hacerle pasar el día a una persona es compartir un momento con ella, escuchándola y haciéndola reír. Por este motivo, Natalia y varios jóvenes más son parte de una organización que visita a los pequeños y a los abuelitos, tanto en los centros de salud como en los hogares de retiro. "Mis elementos de trabajo son globos, un burbujero y una nariz roja", expresa la voluntaria.

Hace casi dos años, Natalia se inició como payasa bajo el seudónimo de "Doctora Peluchín", luego de asistir al curso que brinda el grupo "Doctor Payasonrisa". Según ella, lo mejor que pudo hacer fue despertar a su clown (payaso) interior, ya que, desde ese momento, comenzó a vivir con más energía positiva.

La voluntaria menciona, además, que no por vestir prendas coloridas una persona ya se encuentra lista para esta labor. "Ser clown no es una payasada, ya que manejar tus emociones es fundamental. Muchas veces, la situación se torna tan conmovedora que pone a prueba la sensibilidad y un doctor con nariz roja tiene prohibido llorar", comenta.

"Somos conscientes de que con visitas nomás no vamos a curar a medio mundo, pero por lo menos queremos dar unos minutos de alegría a esas personitas que, quizás, estén en el nosocomio por días, meses, incluso años", opina Natalia. Ella menciona que logran ver una sonrisa en el rostro de un niño gracias a la ayuda de enfermeras, médicos y los padres.

Asimismo, la "Doctora Peluchín" cuenta que, algunas veces, los chicos no se prenden al primer instante con los payasos, porque están más enganchados con el celular. No obstante, luego de unos minutos, los pequeños se dejan envolver por las burbujas y los colores. Por otra parte, los integrantes de la organización también visitan a los abuelitos que se encuentran en hogares. "Con ellos es diferente, la magia nace solo con parar la oreja y prestar mucha atención a las anécdotas", declara.

Natalia cuenta que los payasos no deben despedirse de los niños, pues las criaturas lloran al darse cuenta de que el momento de risas y cánticos terminó. Entonces, las visitas concluyen con una danza en la que los artistas van saliendo lentamente. Bailes, poemas, juegos y burbujas en el aire acompañan cada paso que dan los integrantes de la organización.

Uno de los mejores medicamentos de la vida es el corazón alegre. Natalia expresa que al convertirse en "Doctora Peluchín" le dio a su vida la dosis perfecta de buena onda y diversión, por lo que aconseja a los jóvenes olvidarse de la rutina y los problemas por unos momentos para dejarse llevar por la fantasía. "¿Qué te parece si despertamos a tu clown con burbujas, flores y muchos colores?", finaliza interrogándonos.

Por Rocío Ríos (18 años)

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