En las paradas de colectivo, plazas y postes de luz, se encuentran pegadas las promociones de los famosos “créditos a sola firma”, los cuales ofrecen números de teléfono y aseguran que la entrega de dinero será inmediata y sin demasiado papeleo. Estas facilidades, que vienen de la mano de la ilegalidad, convierten a la usura en una opción atractiva para muchas personas que desean realizar un préstamo y no cuentan con todos los requisitos que solicitan los bancos, financieras y casas de crédito para el mismo fin.
Según la Real Academia Española, la usura es el interés ilícito que se lleva por el dinero o el género en el contrato de préstamo. De esta forma, un usurero presta dinero de manera ilegal y, cuando llega el momento de la devolución, cobra altas tasas de interés, ganando el doble o triple de lo concedido inicialmente. Por ello, estas prácticas son denominadas coloquialmente como "intereses leoninos" pues, así como el rey de la selva se come la mayor parte del cuerpo de los animales capturados, los usureros se embolsan más plata de la que, en algún momento, otorgaron.
Además de colocar avisos publicitarios en lugares públicos, los usureros tienen varias maneras de ofrecer sus créditos: envían mensajes a números al azar ofreciendo préstamos de hasta G. 10.000.000 e, incluso, se ubican entre los negocios de mercados de distintas ciudades, esperando aprovecharse de los trabajadores que están en aprietos. Por otra parte, los lucradores excesivos, ya sea semanal o diariamente, llegan a cobrar hasta 30% de interés mensual; estas altas tasas se traducen en cantidades que se encuentran muy por encima de lo establecido en nuestra legislación.
El artículo 107 de la Constitución Nacional expresa que “la usura y el comercio no autorizado de artículos nocivos serán sancionados por la ley penal”. Por su parte, el Código Penal, en su artículo 193, establece que la pena privativa de la libertad, en casos de préstamos ilegales, es de hasta 10 años de prisión si el hecho es realizado comercialmente o si, mediante las altas tasas, se provoca indigencia en otra persona.
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El año pasado, se aprobó la Ley 6.104 que permite a la Superintendecia de Bancos controlar también las casas de crédito, además de los bancos y financieras de todo el país. Por tanto, la usura proviene de actividades que escapaban del área de regulación de este organismo y que, gracias a esta nueva ley, pueden ser supervisadas, según explica el Dr. Antonio Zorz Carron, economista de Hacienda y docente de la Universidad Católica.
Aunque la normativa es nueva y aún no se encuentra reglamentada, el especialista asegura que representa una buena opción para mitigar las tasas que exceden los límites legales y entran en el plano de la usura.
El Banco Central del Paraguay publica mensualmente los límites de tasas de interés; este mes, el techo se establece en 38,17% para la moneda local y 16,02% para la extranjera. El artículo 44 de la carta orgánica de esta institución explica que “se consideran tasas usurarias o compensatorias y punitorias, si estas exceden en 30% el promedio de tasas anuales percibidas por los bancos y financieras sobre los créditos de consumo, de acuerdo a los plazos y monedas en que son concedidos dichos préstamos”.
"Es recomendable que la gente mantenga una finanza sana, ya que esto posibilita acceder a créditos en el mercado formal con buenas tasas; asimismo, se debe tener en cuenta que las deudas generan estrés económico y desesperación. Además, al entrar en el plano de la usura, las tasas son cada vez mayores y el estrés financiero también aumenta", agrega el Dr. Zorz Carron.
“El mercado informal nos genera un problema gravísimo”, declara Osmar Zarza, jefe del Departamento de Auditoría de Grandes Contribuyentes del Ministerio de Hacienda. El especialista afirma que es imposible realizar cálculos medianamente certeros acerca del impacto que tiene la usura en nuestra economía, ya que es un mercado sumamente ilícito.
El economista manifiesta que, en alguna medida, las entidades cooperativas están buscando dar una solución al mecanismo de la usura a través de créditos de fácil acceso. “Se puede hacer frente a la usura si algunos bancos también se dedican a prestar plata a unidades económicas no formalizadas”, agrega.
Las opiniones en cuanto a la usura están divididas en el Mercado Municipal N° 4, pues numerosas personas ven en los usureros una manera fácil de financiar los negocios, sin tener conocimiento de que, en realidad, están siendo estafadas. Muchos comerciantes del Mercado 4 financian sus tiendas utilizando préstamos usurarios. “A nosotros, los trabajadores, los préstamos nos ayudan a salvar nuestros locales un rato y, generalmente, los usureros nos cobran entre 20 y 30% de interés mensual", expresa la señora Marta Núñez, empleada en una tienda de zapatos.
Asimismo, la señora Antera González, quien se encuentra trabajando en el mercado desde hace 60 años, aseguró que la mejor alternativa es sostener el negocio por uno mismo. “Ahora estoy manteniendo mi local por cuenta propia porque en nuestro país hay ladrones como hongos y no hay más confianza porque los usureros están para prestarte plata, pero también para sacarte el jugo", aseveró.
“La mayoría tuvo problemas tanto con los usureros como con las cooperativas y las financieras, porque sus funcionarios también son ladrones de guantes blancos”, agregó.
Uno de los rubros más objetados en la Secretaría de Defensa del Consumidor (SEDECO) es el financiero. Con relación al 2014, las denuncias en esta área van aumentando pues, en ese año, los reclamos recibidos correspondían al 9% del sector económico y, a partir del 2016, los porcentajes se elevaron hasta alcanzar el 15%. Sin embargo, los datos de denuncias del 2018 indican un nuevo descenso.
Entre las instituciones que son objeto de más cantidad de quejas, se encuentran las casas de crédito; seguidamente, los bancos, cooperativas y financieras, como se detalla en el siguiente gráfico.
Las denuncias de tasas usurarias pueden ser realizadas acercándose personalmente a la SEDECO o comunicándose con esta secretaría al (021) 534 445. Igualmente, se pueden efectuar quejas contactando con la Superintendencia de Bancos del BCP, llamando al (021) 608 011.
Aunque la usura ya era un oficio condenado desde remotos tiempos bíblicos, quienes sacan provecho de ella, los usureros, aún persisten como aprovechadores de las personas más necesitadas de nuestra sociedad.
Por Belén Cuevas (17 años)
