Tadeo empezó a ser voluntario hace seis años en la Cuarta Compañía de Bomberos de Luque; además, es analista de riesgo en una empresa de seguros. Expone que lo que le motivó a ser bombero es que quería aportar algo para el país. “Quise ser militar pero luego pensé mejor y decidí ser socorrista, porque ellos están en los momentos más difíciles de la comunidad”, cuenta.
Manifiesta que no cualquiera asume la responsabilidad de arriesgar su vida sin pedir nada a cambio; no obstante, se experimenta una satisfacción personal al ayudar a personas en momentos de peligro. Relata que las situaciones a las que asiste son muy graves; en la mayoría de los casos son accidentes de tránsito y, en algunas ocasiones, las víctimas pierden la vida. “Hay veces en las que siento impotencia porque creo que pude haber hecho más en esos momentos; con el tiempo lo supero; sin embargo, ese instante queda grabado en la mente”, comenta.
Puntualiza que asiste a cada situación con la mentalidad de hallar lo peor en los lugares de siniestros. “No sabemos con qué podemos encontrarnos ante cada llamado que recibimos, así que tenemos que estar preparados”, dice el joven.
Tadeo cuenta que por ser bombero ya viajó a Argentina para concursar. “La competencia de destreza bomberil fue la mejor experiencia, la cual se basa en demostrar la capacidad de realizar circuitos de simulacro de incendio y rescate; en esa disputa obtuvimos el segundo puesto”, expresa.
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Asimismo, viajó a Chile para capacitarse en rescate de estructura colapsada, recuperación vehicular, incendio y fuga de gas. “En Paraguay también hay capacitaciones, pero en Chile está el mejor campo de entrenamiento de América del Sur”, manifiesta.
“Ser bombero te ayuda a romper la rutina y te ofrece la oportunidad de socializar con múltiples personas”, agrega. Por último, dice a los jóvenes que realizar voluntariado da satisfacciones innumerables porque te sentís útil, encontrás un lugar en la sociedad y aprendés de diferentes trabajos y experiencias de vida, valorar lo propio, lo diferente y encarar la vida desde múltiples realidades.
Por Yanina Sosa (16 años)