Nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo

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Si saludás a una persona, dice que sos hipócrita, pero si no lo hacés, te considera una maleducada. Nunca falta la gente que se molesta hasta cuando respirás a su lado. Pero, no te preocupes, nadie es monedita de oro para caer bien a todos.

En la sociedad existen muchas personas amables que siempre te saludan con una hermosa sonrisa, pero, así también, nunca falta esa gente a la que no le caés bien y hace que todos sientan la vibra de su mala onda. A pesar de que jamás en la vida cruzaron palabras, ya percibís la mirada de odio y es como si fuese que le molesta todo lo que realizás.

Ese sentimiento de antipatía a primera vista lo experimentamos la mayoría de los jóvenes, porque al mirar a otra persona por la forma en que se comporta, habla o camina ya determinamos si nos agrada o no. Algunos expertos aseguran que el físico puede influir a la hora de caer bien o mal a otros.

Existen casos en los cuales un personaje está muy pendiente de tu vida y quiere saber todo lo que sucede contigo para buscar algún error y que pases pelada para burlarse o tener algo con que juzgarte. Este tipo de gente dice que ni ahí está por vos y no le importa lo que hacés, pero, en realidad, es totalmente lo contrario ya que le pica todo lo que realizás y, de alguna forma, te envidia.

Asimismo, es imposible entender a estas personas porque cualquier cosa que hagas ya les molesta, ni siquiera un respiro podés dar. Le saludas y piensa: “¿Por qué me dice hola esa hipócrita?”; por el contrario, si ni la palabra le dirigís ya dice que sos una maleducada.

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Son infaltables estos individuos a los cuales nunca les vas a poder dar gusto porque si sos gorda no les agrada, pero estás flaca y ya sos anoréxica. “No nací para caerle bien a todo el mundo”, dicen los jóvenes, pero es puro bla bla, ya que, en realidad, en el fondo de sus corazones, le duelen estas palabras y, por lo tanto, hacen todo lo posible para que la otra persona les trague.

No obstante, ni aunque vuelvas a nacer, no es la solución. Así que, no te preocupes si a los demás no les gusta lo que hacés, lo que decís o cualquier aspecto que tenga que ver contigo. ¡Tranquilo! Es normal que no les agrades a todos; con que les gustes a tus amigos ya es suficiente.

Por Yanina Sosa (16 años)