Nuestro dulce idioma guaraní resulta un martirio para quienes no lo hablan

Ciertas frases en guaraní pueden romperte el corazón y los chistes son más jocosos que en otra lengua. Aunque para muchos sea un dolor de cabeza aprender este idioma, manejarlo es una necesidad para comunicarnos con quienes no utilizan el castellano.

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“Mba'éicha piko ndereñe'ȇkuaamo'ȃi guaraníme?” es la pregunta que casi siempre aparece si uno manifiesta que no conoce mucho este idioma. Si bien es cierto que, por ser la lengua que nos caracteriza y diferencia, todos deberían manejar al menos algunas frases, esto se vuelve difícil si uno tiene poco contacto con los guaraní parlantes.

En varios lugares, la enseñanza del guaraní deja mucho que desear pues, a veces, los profesores dan por hecho que los alumnos ya conocen la materia y no le conceden la importancia que requiere. Por extraño que parezca, algunos jóvenes tienen su primer contacto con la lengua guaraní recién en la escuela, ya que en sus hogares nadie se dirige a ellos en nuestro idioma nativo.

El guaraní, como cualquier otro idioma, no debe ser enseñado mediante la traducción, pues únicamente practicando y hablando se adquiere vocabulario y se aprende a reconocer los sonidos y las pronunciaciones. Entonces, ¿por qué nuestras clases de guaraní son impartidas en castellano? A fin de cuentas, resulta lo mismo que tener cátedras de español de manera doble.

Carecer de fluidez al hablar en guaraní no constituye una traba especialmente difícil en la sociedad paraguaya, ya que normalmente uno se maneja en castellano y utiliza su segunda lengua, si es que la tiene, en lugares donde se siente seguro o con personas con las que convive diariamente. Sin embargo, desconocer el idioma sí trae problemas a la hora de comunicarte con personas que vienen del interior y que comprenden escasamente el castellano.

En algunos casos, se asume que el desconocimiento del guaraní es un problema que se presenta únicamente en los jóvenes; sin embargo, también hay muchos adultos que no se desenvuelven con naturalidad en ese idioma y prefieren utilizar el castellano. Durante el gobierno de Carlos Antonio López (1844 –1862), el guaraní fue considerado como un factor que retrasa el aprendizaje de los niños y, por lo tanto, su uso fue prohibido y sancionado.

Hay personas que crecieron pensando que el guaraní contribuye a la ignorancia; no obstante, se puede afirmar lo contrario: muchos paraguayos tienen la ventaja de que, desde pequeños, ya conocen y hablan dos idiomas. La lengua de nuestros ancestros ya llegó a países como Estados Unidos, España y Australia, donde hay personas gratamente interesadas en este idioma que les parece tan especial y novedoso.

Vivimos diciendo que el guaraní es una lengua muy dulce para los oídos, pero le otorgamos el segundo lugar y una agria discriminación tácita hacia quienes lo hablan. Debido a esto, muchos jóvenes y adultos se quedan con las groserías y las muletillas propias de nuestra lengua ancestral y desechan su uso cotidiano así como la enorme cantidad de expresiones agradables que solo el guaraní puede otorgar.

He'ia ku ñe'ȇ: ¡mba'e piko jajapota!

Por Belén Cuevas (16 años)

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