Preguntate “un poco”: ¿Hablamos mal por culpa del idioma guaraní?

El castellano “paraguayo” recibe una gran injerencia del idioma guaraní, tanto que, algunas veces, tendemos a presentar ciertos defectos al momento de hablar y escribir. ¿Cometemos estos errores por culpa del guaraní o existen otros factores que influyen?

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“Ha upéi, kape, ¿qué hacés?” es el saludo que intercambiamos los paraguayos cuando nos encontramos con amigos y compañeros por las calles o cuando llegamos a una reunión de reencuentro.

Al momento de cruzamos con viejos conocidos mientras están compartiendo un tereré, generalmente, solemos decir “ahata aju” o directamente usar la traducción literal de “me voy a ir a venir”, aunque nunca pensemos en regresar para disfrutar del tradicional refresco.

Sin dudas, no podemos ocultar la injerencia de nuestro idioma nativo en el habla cotidiana. En casi todas las expresiones, una o dos palabras en guaraní logran entrometerse para dar una connotación diferente a lo que queremos decir, algunas veces para que suene más dulce y otras para que adquiera un matiz mucho más fuerte.

El castellano “paraguayo” es muy diferente al hablado en los demás países del continente. La “intromisión” del guaraní dentro del español ha generado algunas modificaciones hasta en lo gramatical que, al mismo tiempo, pueden considerarse errores.

Un claro ejemplo de esta influencia se nota cuando escuchamos a alguien decir “vení un poco”, que proviene del guaraní “ejumina”. Asimismo, solemos oír a varias personas aspirarse la “s”, pues en guaraní no se pluraliza con dicha letra y, casi sin darnos cuenta, tendemos a aplicar la misma regla dentro del habla hispana.

La mayoría de los paraguayos también suele presentar ciertos defectos de concordancia entre el género y el número. “Seis millón quinientos cuarenta y cuatro mil cero ochenta seis” escuchamos frecuentemente cuando pedimos que alguien mencione su número de cédula. Esto se debe a que, en guaraní, se pluraliza con “kuéra” y no con la letra “s”.

Igualmente, en reuniones entre amigos y hasta en grandes conferencias tenemos la costumbre de utilizar mal las preposiciones. Comúnmente escuchamos “me voy a ir en Areguá” en vez de “me voy a ir a Areguá” porque en guaraní (ahata Areguape) el sufijo “pe” se utiliza indistintamente como “a” o “en”.

Si bien algunos consideran que el castellano “paraguayo” muestra realmente nuestra idiosincrasia, muchos creen que hablamos mal por culpa del guaraní. Sin embargo, el problema es mucho más profundo; si presentamos errores al comunicarnos no es por la influencia del guaraní solamente, sino por la falta del hábito de lectura, además de la educación deficiente que recibimos. Ajepa somos complicados.

Por Fiona Aquino (18 años)

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