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Luego del incendio de la Catedral de Notre Dame, que enlutó el corazón de los parisinos, el presidente Emmanuel Macron manifestó su deseo de culminar la restauración del emblemático templo en cinco años. Las donaciones no se hicieron esperar, pues dueños de empresas de la talla de Louis Vuitton, Apple, Disney y L'Oréal, así como varias familias adineradas de Francia, se desprendieron de grandes sumas para la reparación de este patrimonio histórico universal.
En nuestro país hay varios templos que, aunque guarden parte de la historia guaraní y congreguen a una considerable cantidad de feligreses, continúan esperando las necesarias restauraciones. Parece que el ejemplo de los franceses es difícil de imitar para los políticos paraguayos, quienes solo se muestran interesados en soltar dinero cuando llega la época de campañas electorales.
El templo San Buenaventura, orgullo de la ciudad de Yaguarón, es una antigua edificación franciscana que contiene reliquias artísticas de nuestros antepasados guaraníes y se encuentra entre los lugares que pueden ser nombrados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO; sin embargo, todo esto parece no motivar a las autoridades para su rápida reparación. Desde 2015, esta iglesia se encuentra sumida en la interminable espera de la culminación de sus refacciones.
El docente Daniel Pino, miembro de la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de Yaguarón, afirma que se realizaron cinco llamados a licitación en total y, debido a los reiterados problemas con las firmas contratadas para la reparación, aún no hay una respuesta concreta. “El templo necesita con urgencia el arreglo de la bóveda de la sacristía, pues esta fue desmontada recientemente sin permiso de la Secretaría de Cultura”, según explica el profesor.
En Asunción se encuentra otro templo que requiere una rápida restauración, la iglesia de la Santísima Trinidad, la cual está infestada de termitas; este lugar histórico data de la época de don Carlos Antonio López y es considerado el séptimo tesoro cultural de la capital. Otra reliquia que necesita ser arreglada es la iglesia de la Encarnación; este templo se encuentra en situaciones similares a las construcciones mencionadas y precisa reparaciones totales en su estructura, puertas y pintura.
Es posible que las restauraciones de Notre Dame culminen antes de que la belleza de nuestros templos sea recuperada. Sin embargo, resulta indignante que la refacción de estos emblemas patrios se torne tan difícil, ya sea por cuestiones monetarias o trabas legales, pues sí hay empresarios y políticos con suficiente dinero para restaurar aquellos tesoros arquitectónicos en un santiamén.
Hace falta alargar menos las manos para recibir y valorar más las construcciones que guardan arte e historia de nuestro país.
Por Belén Cuevas (17 años)