Se despertó un gigante, el anfiteatro “José Asunción Flores” de San Bernardino

La experiencia de un gran concierto no solo queda en la memoria, sino también en el alma. San Bernardino fue sede de un festival del cual mucha gente salió satisfecha, pues el anfiteatro “José Asunción Flores”, un lugar mágico, encantó al público.

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El pasado fin de semana, en San Bernardino, muchos fueron testigos de un evento definido como grandioso: Reciclarte. Una conocida empresa de cervezas se encargó de organizar un espectáculo que promovió el arte y la cultura, pero, sin dudas, lo más genial de todo es que se revivió un sitio fantástico, el anfiteatro “José Asunción Flores”.

Pasaron varios años para que el lugar volviera a ser el epicentro de la música. En jóvenes y mayores era una incógnita por qué se dejó relegado un lugar tan magnífico como lo es el anfiteatro de San Bernardino. Por eso, se puede decir que ese fin de semana se despertó un gigante que, para muchos, nunca debió estar dormido.

El evento dejó muchas cosas buenas. Digno de destacar es que las bandas paraguayas demostraron que son capaces de realizar grandes shows, pues todo lo que hicieron fue perfecto. Así también, el comportamiento de la gente fue estupendo, ya que no surgieron inconvenientes antes, durante ni después del festival.

A pesar de algunos problemas con el sonido y el estacionamiento, el espectáculo estuvo genial según los que asistieron. Promover la cultura musical es algo grandioso; además, en un lugar en el que los jóvenes de esta generación nunca tuvieron una experiencia.

Por otra parte, ojalá que el entusiasmo y las ganas de devolver la vida al anfiteatro continúen y no se queden en el oparei, ya que sería una pena que en unos años al recinto se lo recuerde solo por la grata experiencia. Asimismo, sería bueno que las autoridades del Gobierno se encarguen del sitio porque siempre hay cosas que mejorar.

El evento reciente debe verse como el primer paso, pues para recuperar un lugar mágico se deben hacer más proyectos que mejoren la calidad del lugar. Así, en unos años, nuestro grandioso anfiteatro podría ser sede de grandes eventos internacionales; algo que beneficiaría a todos los amantes de la cultura en general y de la música en particular.

Por Joaquín Tandé (18 años)

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