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A veces, en las redes sociales rondan varios videos que nos muestran cómo preparar deliciosos postres y platos salados. Se nos hace agua en la boca y deseamos hacer lo mismo; sin embargo, encontramos un gran inconveniente, no sabemos cocinar. Cuando cumplimos los 18 años, deseamos aprender cosas nuevas y lo que muchos tenemos pendiente es lograr cocer las verduras.
Cortar los tomates, locotes y zanahorias es todo un desafío, una cuestión que, si no se practica, no se va a lograr nunca. Aunque muchos ya aprendieron desde chicos, así también hay otros que no tienen ganas de agarrar la espátula ni cortar las cebollas en pequeños trocitos.
Aunque no seamos los Hechiceros de Waverly Place, igual podemos hacer magia mezclando algunos ingredientes y dándole un poco de amor a la cocción gastronómica. No hace falta que en tu primera prueba de cocina preprares sushi o strogonoff de pollo; podés empezar con una receta sencilla como un guiso de arroz.
La cocina también es una vía para conquistar a la persona que más querés. Preparar el plato favorito puede ser el mágico secreto para hacer olvidar los enojos, discusiones y volver a estar bien con la familia y amigos. Así, tenés el compromiso de que el estómago de cada uno esté satisfecho todo el tiempo.
Ponerse el delantal y preparar la salsa no es muy fácil como parece. Una pizca de amor y un puñado de atención son los principales ingredientes para que la comida te salga incluso más exquisita que la de un chef profesional. Por más que seas hombre o mujer, saber cocer las verduras y hacer un plato culinario son capacidades necesarias en esta era de las tecnologías.
Qué gusto sería copiar todas las delicias que vemos en las redes sociales. Esos videos que nos tientan, nos dan antojos y nos hacen babear de tantas ganas de saborear un mordisco. Si uno quiere, puede hacer lo que se propone; agarrá ya nomás la espátula de tu mamá y comenzá a descubrir tu dotes de cocinero y a comer las cosas ricas de tu preferencia.
Por José Peralta (18 años)