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En 2013, Matías estaba buscando una manera de servir a la comunidad y tuvo la posibilidad de realizar voluntariado en la organización Tuka'e Kañy. "Con este programa de liderazgo, encontré personas de casi cada punto del país con quienes podía debatir y dialogar desde diferentes perspectivas", cuenta el joven.
Con juegos, dinámicas y charlas interactivas, los jóvenes de Tuka'e Kañy propician distintos tipos de espacios dirigidos a personas de entre 15 y 32 años. Matías señala que la organización ofrece programas que desarrollan temas relacionados al cuidado del ambiente, la inclusión, el liderazgo, la diversión y la formación cultural de las personas.
El joven manifiesta que no se pierde ninguna de las actividades de voluntariado, sin importar las condiciones climáticas. "Si voy a depender de la lluvia o del calor, no haré nada constructivo, pues tengo que ver la forma de cultivar esto que me apasiona: el voluntariado", afirma.
Según Matías, los obstáculos no tienen que parar a ningún chico; al contrario, deben ayudarlo a explorar lo que hay fuera de su zona de confort. "Una de las primera actividades, en la que participé como voluntario, me llevó al bañado Norte, donde repartimos muchos juguetes; todavía tengo en mi memoria la sonrisa de aquellos niños", relata el joven.
Entre abril y noviembre, Matías se desempeñará como facilitador en el programa "Proser", que se llevará a cabo en Areguá, Villa Hayes y Carapeguá. Este espacio fue creado para afianzar las habilidades de liderazgo de los jóvenes, utilizando la historia y la cultura de nuestro país.
Matías cree que el rechazo de los alumnos hacia ciertas materias se debe a un sistema educativo aburrido y monótono. "Si un charlista se pone a explicar su material de apoyo y no interactúa con la gente, el público se quedará dormido", opina.
Por esta razón, los voluntarios prefieren valerse de una metodología lúdica para atraer la atención de sus oyentes, en las distintas charlas y eventos que ofrecen. "Hace poco, en la Escuela Creativa de Liderazgo, usamos una dinámica a la que denominamos Whatsapp, donde todos debían poner sus números en un papel y enviar preguntas anónimas, luego se encontraban para comenzar a debatir sus ideas", cuenta Matías.
El chico expresa que uno de los valores más importantes que conoció, a través del voluntariado, es la fortaleza de los participantes, que los lleva a proponerse objetivos y lograrlos para dedicar sus habilidades a la construcción de una sociedad mejor.
Matías confía en que el ejemplo de todos los jóvenes emprendedores será seguido por cada vez más personas. "Involúcrense en el cambio positivo y no tengan miedo a conocer otros chicos con pensamientos diferentes, ya que pueden encontrar oportunidades que, tal vez, definan sus futuros", finaliza Matías.
Por Belén Cuevas (17 años)