Sin flores ni dulce miel, las abejas podrían extinguirse y la humanidad también

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Año 2075: Ya no hay árboles frondosos ni flores coloridas que adornen las casas. Solo existen el hambre y la desolación, pues las abejas se extinguieron y estas guardianas del ecosistema llevaron consigo las semillas que antes repartían por el mundo.

“Si las abejas desaparecen del planeta, al hombre solo le quedarán cuatro años de vida”, afirma una frase que, sin fuentes precisas, es atribuida al físico alemán Albert Einstein. No obstante, debido a la alta mortandad de estos bichitos productores de miel, el catastrófico destino para los humanos, que la cita adjudicada al famoso científico nos hace imaginar, no está muy lejos de la realidad.

Las laboriosas abejitas no solo se dedican a la producción de la empalagosa y amarillenta miel, pues según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 75% de los cultivos destinados a la alimentación humana, en todo el mundo, depende de la polinización realizada por estos insectos.

Estos guardianes del ecosistema, que nos regalan flores y dulzura, están en peligro de extinción. En la conferencia de la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultura, realizada este año en Roma, Peter Kozmus, el vicepresidente de esta organización, alertó acerca de la inminente desaparición de gran parte de la población de abejas, a nivel mundial.

Asimismo, Kozmus refirió que la muerte de estos insectos polinizadores se debe al uso de pesticidas, los cultivos transgénicos, las plagas, la agricultura intensiva, el cambio climático y la expansión de zonas urbanas, que restringen los hábitats naturales de los enjambres. Por otro lado, en cuatro estados del Brasil, más de 500 millones de abejas fueron encontradas muertas por apicultores, en los últimos tres meses, según datos de la Agencia Pública y Repórter Brasil.

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Igualmente, unos investigadores brasileños de la Universidad Estatal Paulista y la Universidad Federal de San Carlos realizaron un mapeo de los factores que ocasionan la pérdida de estos enjambres. En el 67% de los casos analizados por los científicos, se encontraron restos de pesticidas en las abejas muertas.

Por otro lado, según un estudio realizado por la Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas, entre el 2016 y el 2017, Paraguay perdió el 30% de sus colmenas de abejas melíficas. Así pues, gran parte de los enjambres que viven en el país están en peligro de extinción.

Las abejas, que portan el título de guardianas de los ecosistemas, nos regalan su dulzura a través de la miel y al mismo tiempo transportan semillas para que las plantas se reproduzcan. No obstante, las personas “retribuyen” su importante labor con venenos que las enferman y con la disminución de sus hábitats naturales.

Si nuestras amiguitas voladoras se extinguen, puede que lleven consigo a los árboles, las flores coloridas y, como si fuera poco, a toda la humanidad. En efecto, ¿pensás seguir sentado, mientras no solo está en peligro el enjambre de abejas sino tu vida misma?

Por Agustina Vallena (19 años)