Un chico que sigue tratamiento fonoaudiológico debe ser apoyado por los padres y profesores. Hay niños que aprenden a desenvolverse desde que entran a una escuela e interactúan con sus compañeritos y profesores. Todos los pequeños, de alguna manera, son iguales y la educación inicial debe ser lo esencial para la formación.
Yenilda, la mamá de un chico de cinco años que debe iniciar el preescolar, denunció que siguió el proceso formal para inscribir a su hijo en el Centro Educativo Marista San Pablo y no logró anotarle porque el niño sigue un tratamiento fonoaudiológico. Según la casa de estudios, las plazas para alumnos son limitadas y por esa razón no aceptaron al chico como nuevo estudiante.
El artículo 76 de nuestra Constitución Nacional hace referencia a la obligatoriedad de la educación escolar básica. La preparación escolar es primordial para el desarrollo integral de cada persona. Todos los niños son iguales y no deben ser discriminados de ninguna manera a la hora de ingresar a una casa de estudios, ni mucho menos por seguir algún tratamiento médico.
Un niño siempre está evolucionando y derribando los temores que encuentra en el camino. Todos los chicos son diferentes; tal vez uno es muy inquieto, otro es callado, mientras que unos son más desatentos que los demás, pero todos van superándose, aprendiendo así de sus errores para no volver a cometerlos.
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El rol principal de una institución educativa es, obviamente, velar por el aprendizaje de valores de los estudiantes, además de enseñarles métodos de estudio y desenvolvimiento que les puede servir para toda la vida. En el futuro, cada estudiante se sentirá satisfecho por todo el servicio y experiencia que le brindó la casa de estudios y así, los niños que siguen cualquier tratamiento, se sentirán más agradecidos por el apoyo recibido.
A ninguna madre le gustaría saber que su hijo sufre de alguna discriminación por el simple hecho de seguir algún tratamiento médico, psicológico o pedagógico. Es el compromiso de todos crear una sociedad más inclusiva donde la discriminación de algunos chicos ya no se permita en ningún lugar y, menos aún, en un centro educativo.
Por José Peralta (18 años)