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La historia del fútbol de salón paraguayo comenzó en agosto de 1961. Dos equipos de Brasil hicieron las primeras demostraciones de este juego, ante Cerro Porteño y Olimpia, formados improvisadamente por futbolistas y basquetbolistas.
Después de la visita de los brasileños, la fiebre salonística invadió Asunción. Uno de los visionarios fue el señor Constantino Vidal Aranda, entusiasta que se enroló en filas del Star’s Club y junto a equipos como Cerro Porteño, Carlos A. López, entre otros, dieron vida a la Federación Paraguaya de Fútbol de Salón (FPFS).
En 1965, la Federación realizó en el país el primer Sudamericano de mayores, reuniendo a las selecciones de Brasil, Argentina y Uruguay, además del local. El emblemático estadio Comuneros albergó la competencia que se celebró con la copa de campeón en casa, tras la victoria en la final ante Brasil por 3 a 1.
La Federación Paraguaya de Fútbol de Salón alcanzó la gloria con apenas 26 años de vida. En la Copa Mundial de 1988, celebrada en Australia, la Albirroja conquistó el título de campeón del mundo, al derrotar en una dramática final al poderoso bicampeón Brasil, por 2 tantos contra 1, logrando una hazaña sin precedentes.
Asimismo, a la Federación le tocó organizar la octava edición del Mundial en 2003. La dirigencia y los jugadores aceptaron el gran reto y lo coronaron con un rotundo éxito, dándole a la afición deportiva, que colmó las gradas del polideportivo del Sol de América, la alegría de la segunda conquista mundial, con la victoria ante Colombia por 5 a 4.
Gracias a la conquista de la tercera corona en el año 2007, en Mendoza, Argentina, la Albirroja se hizo temible en el campo internacional. En la final, el inolvidable triunfo ante los locales por 1 a 0 puso otra vez al mundo del futsal a los pies del deporte paraguayo.
La selección nacional de fútbol de salón se encuentra en el podio de las más ganadoras del trofeo mundial, con 3 campeonatos conseguidos, junto a su par de Colombia. Si bien este deporte no es de tan alto interés regional, es un orgullo saber que la FPFS es reconocida como una de las más temidas del mundo.
Por Joaquín Tandé (17 años)