Vacuna contra el dengue: ¡qué cara resulta la picadura del mosquito!

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Ya tenemos la vacuna contra el dengue, pero cada dosis cuesta G. 678.000 en los sanatorios y farmacias. Como deben aplicarse tres dosis, resulta una suma elevada para cuidar bien la salud. El bienestar de la gente es una prioridad, no un negocio.

La vacuna contra el dengue ya está disponible en nuestro país. La dosis, que tiene un precio de G. 678.000, solo se puede adquirir en los sanatorios privados y las farmacias, no en los hospitales públicos. Sumadas las tres dosis, el monto llega a G. 2.034.000. Caro, ¿verdad? Duele decirlo, pero hay que decirlo.

Según los profesionales de la salud, las personas deben aplicarse tres dosis con un intervalo de seis meses para que la vacuna actúe de manera óptima en el organismo. Si hacemos unas simples operaciones matemáticas, como suma y multiplicación, nos daremos cuenta de que el intento de prevenir esta enfermedad puede llegar a ser muy costoso.

El salario mínimo es de G. 1.824.055; por tanto, aplicar una sola dosis implicaría una gran inversión. Y si a esto le agregamos el hecho de que una familia tiene en promedio 4 miembros, se hace evidente la magnitud del costo de la vacuna contra el dengue.

Es triste pensar que la salud sea vista como un negocio o un juego en el que solo tienen posibilidad de acceder al bienestar aquellos que poseen medios suficientes para solventar sus gastos. Debemos tener en cuenta que las personas más vulnerables a adquirir enfermedades, entre ellas el dengue, son las de escasos recursos, quienes llenan las salas de espera de los hospitales públicos. Lastimosamente, a pesar de la implementación de la vacuna, este panorama cambiará poco y nada.

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El sistema de salud en nuestro país va de mal en peor, pues los jugosos salarios están destinados al personal que marca su entrada y luego sale a disfrutar de la vida; los hospitales se caen a pedazos y no hay insumos para atender a los enfermos. Es decir, si el ciudadano no tiene el dinero como para ir a un sanatorio y comprar sus medicamentos de una farmacia, está dejando que su salud se sostenga de un frágil hilo.

La salud debe ser una prioridad pública, no un negocio.

Por Viviana Cáceres (18 años)