Seguro conocés a una persona que fotografía cada cosa que encuentra a su paso, y no es un error, pero, como dice una frase “todo exceso es malo”.
¿Guardar los instantes en la galería o aprovechar las oportunidades? Vos decidís qué opción te parece mejor. Por ejemplo, cuando vas a un cerro, podés admirar la naturaleza de cerca y respirar un aire diferente que te transmite tranquilidad. Entonces, tenés la posibilidad de sacar tu smartphone y tomarte selfis por doquier para alzar en tus redes o podés acostarte en el pasto, mirar la infinidad del cielo, mientras despejás tu mente, y sencillamente ser feliz.
También, cuando vas a un concierto, tu artista preferido está por cantar, escuchás que suena la canción que más amás de ese intérprete y se te presenta una difícil opción: ¿querés sacar tu celular y grabar este fantástico momento o, mejor, pretendés retener estas inolvidables horas en tus ojos y en tu corazón?
Cada paseo o visita a lugares atractivos son perfectos para aprovechar y tomar fotos con el teléfono. Sin embargo, muchas veces, puede resultar bastante negativo el hecho de preocuparse más por grabar que por compartir con la familia o la persona especial que está de acompañante. Además, actualmente, es muy normal que uno vaya a un sitio, se tome fotos y luego vuelva a su casa como si el objetivo principal fuese tener algo para compartir en Facebook e Instagram.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Asimismo, parece que los celulares se han vuelto parte de las personas, con un toque de exageración, pues ya casi nadie se guarda los momentos para uno mismo, como si la canción de Thalía dijera “y si no lo publico en una red social, no pasó”. Ya el pensador Marshall McLuhan decía “hay que considerar la tecnología como extensiones del cuerpo humano”, ya que hay gente que no puede vivir sin su celular.
Finalmente, recordamos unas palabras del filósofo Francis Bacon, que dice: “Comienza a hacer lo que quieres ahora; no estamos viviendo en la eternidad; solo tenemos este momento, brillando como una estrella en nuestras manos y derritiéndose como un copo de nieve”. Entonces, no dejes que la tecnología, en vez de capturar los lindos paseos o grandes fiestas, para tenerlos como recuerdos, te robe las bellas experiencias y te quite un tiempo que no volverá.
¡Viví más, grabá menos!
Por Andrea Parra (18 años)
