¡Ya basta! La sociedad esta harta de planilleros que cobran pero no trabajan

Mientras uno se sacrifica durante ocho horas diarias, funcionarios como María Pagliaro Cubas solo asisten a los entes públicos para marcar la entrada y luego la salida del “trabajo”. La sociedad está harta de los fantasmas que cobran pero no laburan.

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“Es chismerío barato; yo estoy en regla con todo”, declaró Pagliaro Cubas, asistente del diputado Luis Urbieta (ANR), acerca de las acusaciones que la tachan de planillera. Ella concurría diariamente a la Cámara Baja, marcaba su entrada entre las 7:20 y 7:30 y luego se retiraba en su lujoso Mercedes. Este mismo ritual se repetía a la siesta, momento en que regresaba a la institución para registrar su salida.

María de Lourdes Pagliaro Cubas, sobrina de la exdiputada y exparlasuriana Concepción Cubas de Villaalta, tiene un salario mensual de G. 5.500.000. A pesar de que figura como funcionaria de la Cámara Baja desde el 2013, nadie la conocía en su oficina de trabajo hasta que estalló la polémica.

Por otro lado, existen cientos de casos de planillerismo, similares a este, que se suman a la larga lista de hechos que representan una burla para la ciudadanía. En este sentido, podemos citar varios ejemplos como el del club 24 de mayo de la ciudad de Ypacaraí en el que militaba Juan Carlos “Nano" Galaverna, hijo del Senador Calé Galaverna; en el 2011, todo el equipo de fútbol figuraba en la nómina de funcionarios de la Justicia Electoral.

No podemos olvidar a la “niñera de oro” del senador Víctor Bogado; ella estaba nombrada en la Cámara de Diputados y al mismo tiempo en la entidad binacional Itaipú, pero no concurría a ninguna de las dos instituciones. También, con esta misma modalidad, se encuentran los “caseros de oro" del entonces diputado José María Ibáñez. Él utilizó a tres empleados de su quinta en Areguá, quienes figuraban como auxiliares administrativos, para cobrar G. 7.500.000 de manera ilegal.

Según declaraciones de la diputada Kattya González, en la nómina de funcionarios de la Cámara Baja figuran alrededor de 2.350 personas que deberían estar trabajando. Sin embargo, asegura que al menos el 50% de los empleados de la institución posiblemente son planilleros.

¡Es hora de cambiar el sistema! La ciudadanía esta harta de aquellos funcionarios fantasmas que figuran pero no trabajan. Por eso, es urgente que se apliquen medidas severas para contrarrestar esta vergonzosa situación.

Los fondos públicos no son un botín del que puedan aprovecharse los parlamentarios, nombrando a quienes se les antoje, mientras la gente trabajadora se sacrifica para abastecer sus necesidades.

Por Rebeca Vázquez (18 años)

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