El siglo XXI trae muchos cambios en varios aspectos de la sociedad; uno de ellos es el manejo de las relaciones interpersonales y más si hablamos de buscar el amor o la pareja ideal. La tecnología, la nueva moral social y ciertas reglas sin sentido, a la hora de ligar, son tres grandes factores que inciden en la actual forma de crear lazos románticos.
Vivimos frente a las pantallas y pendientes de las redes por medio de las cuales, inclusive, podemos conversar con personas de distintos países. A la hora de socializar virtualmente notamos que los jóvenes buscan conocer nueva gente o quieren hablar a ese alguien específico al que le cuesta dirigirse en persona, lo cual, tal vez implica falta de valentía.
Tenemos que darnos cuenta de que existen muchísimos prejuicios en la sociedad. La mayoría de los jóvenes opta por buscar en las redes al chico o chica que le parece lindo para chatear, aunque lo que importa realmente no es su apariencia.
“Vos tenés que escribirle y luego tardar en responder” y “debés ser cortante para que la otra persona no note que le querés” son algunos de los principios básicos para manejar un chat de un adolescente. Estas reglas sin sentido hacen que, al final, el supuesto amor pase a ser un juego de preguntas y respuestas muy tedioso y superficial.
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¿Qué significaba antes el amor? Tal vez no era perfecto al 100%, pues los engaños y las falsedades siempre existieron, aunque este sentimiento lucía más humano. Las confesiones por cartas, el esfuerzo por los detalles en una cita y, más que nada, las conversaciones cara a cara hacían que los intercambios de ideas, pensamientos y recuerdos fueran experiencias únicas.
Si bien las rosas, poemas y cartas son románticos, actualmente, los collares idénticos y las dedicatorias por redes sociales también pueden serlo, lo que importa es la honestidad de los sentimientos. Esta sinceridad es lo que se está perdiendo cuando vemos que los jóvenes confiesan su amor por chat, en vez de en persona, que normalmente los chicos se dejan llevar por una cara bonita y que la manera de ligar está sujeta a reglas sin sentido.
No todo se ha perdido, pero hay mucho que se debe recuperar. La sociedad está ciega y deja a un lado al amor honesto, tangible, lleno de experiencias cercanas, más allá de lo superficial y lejos de lo que la sociedad puede o no opinar. ¿Acaso ya nos olvidamos de cómo amar de verdad?
Por Eliseo Báez (16 años)