El 1 de agosto de 2004, muchas personas aprovechaban la oportunidad de compartir un domingo en familia. Dentro del supermercado Ycuá Bolaños, algunos compraban la carne para el asado; otros, las bebidas, mientras los niños, quizás, corrían por los pasillos. Nadie podía imaginar que de un momento a otro se produciría un incendio que acabaría con sus vidas.
Gritos de desesperación llenaron el lugar, mientras el humo y el fuego se apoderaban de cada rincón del supermercado. Debido a una orden de los dueños del negocio, Juan Pío Paiva y su hijo Víctor Daniel, las puertas fueron cerradas, disminuyendo de esta manera las posibilidades que tenían los clientes de sobrevivir. Al parecer, los propietarios temían que el dinero de las cajas registradoras se robara, pero olvidaron la importancia de la seguridad y la vida de las personas que se hallaban dentro del local.
Los principales acusados de esta catástrofe fueron los dueños y el guardia de seguridad Daniel Areco. Los mismos fueron juzgados y recibieron penas mínimas por parte de la justicia paraguaya, a pesar de la magnitud del delito que cometieron. Sin embargo, los familiares de las víctimas siguen reclamando un castigo estricto para estas personas, porque, si bien nadie les devolverá las vidas de sus seres queridos, saber que un acto no queda impune, puede disminuir aunque sea una mínima parte del dolor.
Muchas personas recomiendan a los sobrevivientes que olviden el crimen y perdonen a los responsables, pero no es tan fácil como parece. Solo quienes estuvieron en el incendio y lograron sobrevivir saben de la tristeza que produce perder a un hermano o a la familia entera en una catástrofe. Las heridas ocasionadas por el fuego en el rostro o brazos están más allá de la superficialidad y calan hasta el fondo del alma.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
El caso Ycuá Bolaños nos presenta el escenario en el que podemos evaluar la actuación de la justicia paraguaya, la cual nos demuestra, una vez más, que sirve para favorecer a los poderosos y dejar en el desamparo a los débiles. En un hecho en el que cientos de personas perdieron la vida, reina la impunidad. Entonces, nos preguntamos: ¿Cuándo llegará el día en que los jueces beneficien a las víctimas y no a sus verdugos?
Han pasado 12 años de dolor y lucha para los sobrevivientes del Ycuá Bolaños. Ellos saben que sus familiares fallecidos ya están descansando en paz, pero no por eso pueden dar como terminada la disputa. Si los ciudadanos callan ante este y otros abusos de la justicia paraguaya, nunca acabará la impunidad que reina en el país y los culpables seguirán libres, a costa del sufrimiento de los afectados.
Por Viviana Cáceres (18 años)
