Crisis: terreno favorable para noticias falsas

PARÍS. Las situaciones de crisis como los desastres naturales, los atentados y los tiroteos son un terreno favorable a las noticias falsas, cuyos autores aprovechan la emotividad del momento para tratar de darles el máximo eco.

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El último ejemplo es el tiroteo que dejó tres heridos el martes en la sede de YouTube cerca de San Francisco: las “fake news” surgieron entonces dando cuenta de “decenas de muertos” o tratando de implicar en el ataque a personalidades como Hillary Clinton.

Algunos medios indicaron que la cuenta de un empleado de la plataforma de video había sido pirateada.

El reciente tiroteo en un colegio de Parkland, en Florida, y las manifestaciones en favor del control de armas fueron asimismo blanco de múltiples informaciones falsas, a menudo con fines políticos.

“Son eventos traumáticos propicios para la difusión de informaciones falsas y de teorías del complot, puesto que generan un efecto de estupor” , explica a la AFP Rudy Reichstadt, director del observatorio Conspiracy Watch, con sede en París.

“Cuando una noticia nos marca o nos choca, buscamos explicaciones y por falta de información nos enganchamos a teorías, incluso a las más descabelladas” , agrega.

Un estudio del MIT, el prestigioso instituto de investigación estadounidense, subrayó el mes pasado en la revista ’Science’ que las noticias falsas tienden a propagarse en las redes sociales más rápidamente que las verdaderas informaciones, independientemente del tema.

Según sus conclusiones, mientras en Twitter las noticias verdaderas apenas son compartidas por más de un millar de personas, el 1% de las noticias falsas más populares alcanzan entre mil y cien mil personas.

Además, las primeras tardan seis veces más en alcanzar 1.500 personas que las segundas. Los autores del estudio determinaron también que las noticias falsas más virales atañen la política, por delante de las leyendas urbanas y la economía.

La categoría “terrorismo y guerra” llega en cuarto lugar, seguida de los desastres naturales. Los perfiles y las motivaciones de quienes fabrican y propagan las “fake news” varían. Según Reichstadt, “hay empresarios de la teoría conspiracionista, que reescriben la actualidad de forma instantánea y permanente (...) en un ’storytelling’ alternativo”, como Alex Jones, creador del sitio estadounidense Infowars, o el francés Thierry Meyssan.

Tras la matanza de Parkland, varios fotomontajes destinados a desacreditar a los partidarios del control de armas de fuego trataron de hacer creer a los internautas que una de las supervivientes, Emma González, convertida en figura del movimiento, había hecho pedazos una copia de la Constitución estadounidense (que en realidad era un blanco de tiro), o bien que atacaba un vehículo de un defensor de armas (imagen que correspondía a una foto vieja de Britney Spears) .

A esto se añaden los “ciberanzuelos” (’clickbaits’) -contenidos que prosperan gracias al sensacionalismo y cuyos autores solo buscan aumentar sus ingresos publicitarios- y el “complotismo de base” , obra de “complotistas aficionados”, según el director de Conspiracy Watch.

Además de por las malas intenciones, la confusión y la precipitación en situaciones de crisis, las noticias falsas también pueden aparecer por falta de verificación de los medios tradicionales y por errores cometidos por las fuentes oficiales.

Así, después del terremoto que sacudió México en septiembre pasado, los medios del mundo entero dieron cuenta conmovidos del intento de rescate de la pequeña Sofía, basándose en declaraciones de socorristas y autoridades, hasta que el gobierno reveló que la niña no había existido nunca.

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