Tanak ha alejado al francés a 39 segundos y al belga a casi un minuto y cuenta con 26 segundos de ventaja sobre el segundo, el español Dani Sordo (Hyundai).
El estonio está prácticamente obligado a imponerse en Cataluña para poder aspirar a ganar el Mundial de Rallys (WCR) en la última manga de la temporada, en tres semanas en Australia.
En la clasificación de pilotos, está a 21 puntos del líder Neuville y a 14 unidades de Ogier.
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Si las cosas siguen igual hasta el domingo, la parte superior de la clasificación del WRC se va a apretar mucho. Y el final será de infarto.
El desafío de esta primera jornada completa consistió en un mixto de tierra y asfalto, específico de Cataluña, única prueba del calendario que mezcla ambas superficies.
Las ruedas más adaptadas a la tierra tienen tendencia a calentarse muy rápido sobre asfalto.
Neuville abrió la carretera por delante de Ogier y Tanak, y tanto él como el francés sufrieron problemas de adherencia.
“Está claro que el ir limpiando carretera ha sido un hándicap para ellos”, reconoció Tanak.
“Sinceramente, no se puede hacer mucho más”, subrayó Ogier.
“He atacado todo lo que he podido durante todo el día, pero hemos perdido tiempo en cada especial”, añadió el cinco veces campeón del mundo.
“En estas condiciones, siendo el primero en la carretera, no hay mucho que hacer”, remachó Neuville, que espera, como Ogier, que las especiales 100% asfalto del fin de semana les sean más favorable.
Pero la lluvia que se espera para el sábado podría hacer tabla rasa.
Loeb, por el podio
Su duelo a tres, que atrae a los espectadores en las carreteras catalanas, está siendo llevado al límite, a imagen de Ogier que se salió a un campo en la ES3, o de Neuville que derrapó en la ES6.
Salvo accidente o problema mecánico, nada parece que pueda contrarrestar el ritmo irresistible de Tanak.
El estonio había logrado tres victorias consecutivas antes de su abandono en Gran Bretaña, cuando iba cómodamente en cabeza.
Su Yaris parece adaptarse mejor a la tierra, como lo ilustró su compañero Jari-Matti Latvala, vencedor de tres especiales y que es el único que habría podido disputarle el liderato.
Pero en la ES4, el finlandés, entonces en cabeza por tiempo, pinchó y perdió al menos medio minuto.
Por su parte, tras haber perdido una decena de segundos al calar en el primer tramo especial el jueves en Barcelona, Sébastien Loeb (Citroën) también se invitó a la fiesta este viernes.
El nueve veces campeón del mundo quiere ante todo acabar sin problemas, aunque no le haría ascos a una plaza en el podio.
El alsaciano ha sido, en conjunto, el segundo hombre más rápido por detrás de Tanak.
“Cada vez tengo más confianza en el coche, es una pena que se acabe la tierra”, explicó Loeb.
“Mañana, bajo la lluvia, va a ser complicado”, advirtió el piloto de 44 años, mientras sus mecánicos se afanaban en cambiar la mayoría de los reglajes de su C3 con vistas a la jornada del sábado, que cuenta con siete especiales y 121 km.
