Tras perder un set en su debut contra la ucraniana Lesia Tsurenko, Kerber volvió a notar los nervios. Esta vez ante la 89ª del mundo, a la que había vencido en los dos últimos Wimbledon, pero ante la que nunca había cedido un set.

El partido fue de nuevo una prueba de fuego para Kerber, que, a falta de seguridad, batalló sin descanso durante las dos horas y 10 minutos e incluso tuvo que recuperarse de una rotura en el primer juego del tercer set.

“Siempre celebro mi cumpleaños jugando, porque estoy aquí en Australia”, dijo sobre la pista. “Hoy cumplo 29, me estoy haciendo mayor, pero estoy feliz de haber ganado hoy”, añadió la jugadora de Bremen, que luego escuchó cómo todo el público de la central le cantaba el Cumpleaños Feliz.

Kerber se enfrentará en la tercera ronda con la checa Krystina Pliskova, que se impuso 6-4 y 7-6 (8) a la rumana Irina-Camelia Begu.

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