“Además de entretener, el cine debe transformar”

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La cineasta española Mabel Lozano considera la prostitución como una forma de esclavitud moderna.

Impactada por la situación de miles de mujeres paraguayas y sudamericanas que llegan a su país para ser explotadas sexualmente produjo y dirigió el filme documental “Chicas nuevas 24 horas”.

“Hablamos de un delito, de vulneración de los derechos humanos. Pero un delito que es el tercer negocio ilícito que más dinero genera en el mundo, detrás del tráfico de armas y el narcotráfico”, dice con vehemencia la productora y directora de la película documental “Chicas nuevas 24 horas”, Mabel Lozano.

El filme de una hora y diez minutos de duración se rodó en coproducción internacional entre cinco países: España, Paraguay, Argentina, Colombia y Perú. A nivel local, la realización estuvo a cargo de la productora Puatarará Films, en manos de Osvaldo Ortiz Faiman y Sebastián Peña Escobar. Su estreno oficial se dio en abril de 2015 y se proyectó en varios países. Llegó a cientos de colegios y universidades, con el propósito, según la directora, de cambiar la percepción de los jóvenes con relación a la explotación sexual de las mujeres.

“Después de las rumanas, las mujeres y niñas de origen paraguayo son de la segunda nacionalidad que se están vendiendo como esclavas sexuales en las calles de mi país. Es que hablamos de esclavitud, la trata de seres humanos es la esclavitud contemporánea”, afirma tajante. Mabel Lozano considera que la trata de personas es un “negocio global” que está ocurriendo en el mundo entero. “Estamos como en el siglo XIX, donde el 50% del mundo está sirviendo de esclavos al otro 50% del mundo. Por esa gran diferencia social; los pobres son cada vez más pobres y las mujeres son las más pobres de los pobres, entonces siempre va a haber una persona con la máxima vulnerabilidad por no tener acceso a la cultura, a la educación, que va a decir que sí a ese sueño migratorio de conseguir una vida mejor”.

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La cineasta advierte que la necesidad obliga a muchas mujeres a buscar “oferta de trabajo” en otros países.

“Eso en mi país significa que te van a meter en un piso, que te van a quitar tu pasaporte; has contraído una deuda y te van a obligar a ejercer la prostitución en régimen de esclavitud extrema. Además no te vas a poder marchar, porque en muchos casos ni siquiera hablas español, hablas guaraní, así que estás aislada y nadie te va a ayudar”, enfatizó.

Preocupada por el avance de lo que ella define como “esclavitud moderna” optó por escribir el guión del filme, cuyo título está inspirado en un aviso publicado en un importante diario madrileño. “Estamos haciendo un trabajo transversal con Paraguay, que es el país de origen de estas niñas víctimas de la trata, de prevención con la copia doblada en guaraní para llevarla a los colegios, a los centros educativos y decirles: cuidado con esas ofertas de trabajos, que en muchos casos lo que lleva detrás es la esclavitud extrema. Y también estamos haciendo un trabajo de educación, de sensibilización. Los seres humanos no están en venta, porque o sino, si tu eres pobre no tienes para dar de comer a tus hijos vas a vender tus órganos, vas a vender lo que sea y eso no se puede”.

Mabel asegura que el cine, además de entretenimiento debe ser transformador. “Yo creo que el cine de entretenimiento cumple una función, pero también el cine es una gran herramienta transformadora. Con Chicas nuevas 24 horas hemos estado en cientos de centros educativos , universidades, cambiando la percepción de la trata a miles de jóvenes y eso es transformador”, agregó.

“Chicas nuevas 24 horas” tuvo nominaciones a “Mejor Película Documental”, en los premios Goya y Platino.

yubi@abc.com.py