Color y alegría en “Ovo”

Con “Ovo”, el Cirque du Soleil trajo a Paraguay uno de los espectáculos más alegres y coloridos de su vasto repertorio, en el que no faltan las exigentes rutinas acrobáticas, la música en vivo y el humor. El sello de calidad de la compañía canadiense se hace presente en este espectáculo, creado por la brasileña Deborah Colker, en el que una comunidad de insectos toma el escenario para relucir sus destrezas y precisión en los diferentes actos.

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Con un gran despliegue artístico y tecnológico, “Ovo” sumerge al público en la historia de una mosca azul que llega a una armónica comunidad de insectos portando un enigmático huevo. El rechazo inicial, el amor a primera vista con la mariquita Ladybug, y el liderazgo de Master Flirpo van tejiendo esta trama que habla de la importancia de la hospitalidad y la inclusión.

El humor es un gran hilo conductor en esta historia, donde los clowns aprovechan para interactuar con el público y hacen gala de su habilidad para la comedia física.

Pero lo que hace a la esencia del circo son las habilidades de los gimnastas, malabaristas y acróbatas que forman parte de la puesta.

En el primer acto, impresiona la habilidad de las “hormigas rojas” para hacer girar unos kiwis (de 9kg de peso) sobre los pies, para luego deleitar con saltos y mayor dificultad.

La fortaleza y el equilibro de la libélula, capaz de balancear su cuerpo en el aire sostenido en una sola mano; las acrobacias en tela de una mariposa saliendo de su crisálida, y el poético vuelo de las mariposas se combinan en un primer acto, que cierra por los aires con escarabajos del “russian cradle”.

Luego de un intermedio de veinte minutos, el segundo acto comienza con una cantante invitando, a ritmo de bossa nova, a volver a introducirse a la historia.

Aquí aparece la flexible araña blanca, que impresiona con su capacidad de contorsión; y otra araña que demuestra su enorme capacidad de equilibrio realizando acrobacias sobre la cuerda floja. También forma parte de este acto una luciérnaga malabarista, capaz de hacer trucos hasta con cuatro diábolos.

Los saltos de los grillos dan el toque final a esta puesta, con las camas elásticas, el tumbling y la pared.

La música en vivo también hace a gran parte de este espectáculo, con una banda de seis músicos y una cantante que van acompañando a cada uno de los actos, con ritmos como el samba, el bossa nova, el funk y algunos toques de electrónica. Detrás de la pared, en la que se proyectan imágenes a gran escala de elementos de la naturaleza, está instalada la agrupación que ve, a través de pantallas, todo lo que ocurre en escena.

“Ovo” es alegría, es color, y es un espectáculo que disfrutan tanto los niños como los adultos.

La compañía estará en Asunción hasta el 8 de junio, con funciones de martes a domingo en el SND Arena (Avda. Eusebio Ayala Km. 4,5). Las entradas están a la venta en Red UTS.

malonso@abc.com.py

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