Comedia negra con una serie de matanzas sin sentido

Gray Gubler es el único conocido en este filme de bajo presupuesto que exacerba la línea de películas como “Something Wild” o “Buscando a Susan desesperadamente”, filmes de los ‘80 en los que chicas locas alteraban el mundo de muchachos apocados. Su novia Liza (AnnaLynne McCord) decide robar 68 mil dólares de su amante y lo compromete a que sea su cómplice en el robo. La cosa se complica cuando ella degolla al amante y secuestra a otra chica que estaba en la casa. Así comienza una noche de persecuciones y situaciones desmadradas que parecen no tener fin.

Trent Haaga (No. Yo tampoco sé quien es) dirige este filme que se mueve entre la comedia negra y los asesinatos a granel. Una película que puede ser atrapante y que mucho debe a las de Tarantino. Pero su exagerado sinsentido impide que sea un buen producto.

Gray Gubler es quien sostiene el filme como el muchacho tonto que extrañamente enamora a todas las chicas con que se topa, que, para su desgracia, no son precisamente unos angelitos. En su alocado derrotero el filme puede llegar a ser una fábula sobre la importancia de hacerse respetar y saber decir no cuando es necesario. Pero al director esto realmente no le interesaba. Solo juntar una serie de matanzas y aprovechar el gancho de tener a Gray Gubler en su reparto.

La película que ya data del 2017 es una curiosidad que extrañamente llegó a nuestras carteleras, sin ninguna promoción. Se engancha con los filmes de terror que se estrenan por docenas en nuestras salas. No es un precisamente un filme de este género, pero tiene su buena cuota de sangre gratuita. sferreira@abc.com.py