“Operación Overlord” es un filme dirigido por Julius Avery, pero con el aval desde la producción de J. J. Abrams. Se trata de un producto muy entretenido que combina el cine bélico con el terror. La película tiene todas las características clásicas de los filmes sobre la Segunda Guerra Mundial, combinadas con las películas de zombies. Su toque le debe mucho al cómic, con una impronta mucho más marcada que tantas películas que surgen a montones en estos días con el sello de Marvel.
Es la historia de un pelotón que debe eliminar una torre de radio en la madrugada del 6 de junio de 1944, para que las tropas aliadas puedan desembarcar en Normandía. Lo que no se esperaban los soldados es que en la iglesia donde estaba la torre había mucho más que un puesto de comunicaciones. Es el laboratorio de un científico que está buscando crear una generación de soldados inmortales. Unos zombies poderosos e invencibles.
Avery logra combinar las películas clásicas de guerra con los zombies que atraen a las nuevas generaciones. El filme tiene un relato trepidante, desde el primer momento en que los soldados norteamericanos están a punto de lanzarse en paracaídas en suelo francés, así como un buen manejo de la tensión. No hay abusos de los golpes de sonido tan habituales en el cine de terror. No los necesita para lograr los sustos necesarios que aviven la historia.
Una muy buena elección de personajes, que si bien reúnen las características que tantas veces hemos visto en las películas (el noble novato, el cínico, el experimentado insensible, la chica de la resistencia, el malvado oficial de la SS, etcétera) no aburren para nada. Los poco conocidos actores del reparto –Jovan Adepo, Wyatt Russell, Mathilde Ollivier, Pilou Asbæk y John Magaro– cumplen muy bien con su misión. sferreira@abc.com.py
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