El documental está realizado a partir de una entrevista sobre la masacre de Curuguaty, registrada sin imágenes, solo sonido, y un montaje con material de ficción. La obra obtuvo el premio Horizonte, al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2016.
El documental se presentará en cinco funciones, con capacidad para veinte personas cada una, en el espacio denominado Ylab. La idea es recrear el espacio, pequeño e íntimo, donde los realizadores escucharon por primera vez el relato de “La voz perdida”, en Curuguaty.
“Nos despertamos antes de que amanezca, eran como las 3:00. Nos sentamos a tomar mate con Ña Mela. Hablamos con ella sin cámaras. Se registró su voz en el espacio íntimo de su cocina. Allí nos narró su historia, atravesada dolorosamente por la masacre de Curuguaty”, dice Martinessi.
