Particularmente, creo que Fiesta de Navidad en la oficina es un buen hallazgo por su espíritu anárquico e irreverente al estilo de producciones como Colegio de animales o la clásica La fiesta inolvidable.
Antes que nada, desacraliza las películas de Navidad. Este filme no correrá la suerte de Mi pobre angelito, que cada año los canales de televisión repiten hasta el hartazgo en esta época.
La película trata sobre una oficina de informática en la ciudad de Chicago que está a punto de cerrarse. El alocado gerente, para salvarla del cierre, decide organizar una fiesta a lo grande, en busca de un gran contrato y recordando a su padre que amaba las fiestas de Navidad. De paso, se opone a su hermana, CEO de la compañía y enemiga de la Navidad.
El filme no solo sobresale por sus disparatadas situaciones, sino también por los personajes. Empecemos por el gerente (T. J. Miller), un chico rico hedonista hasta más no poder, pero de alma noble. Luego está la jefa de recursos humanos (Kate McKinnon), de acciones inclusivas y de respeto a lo políticamente correcto, pero que destapa su verdadera personalidad en el fragor de la fiesta, y luego está el cliente (Courtney B. Vance) que se convertirá en el alma de la noche.
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Jennifer Aniston está bien como la hermana desalmada, al igual que Jason Bateman.
