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En el caso de González, su trabajo utiliza como elemento preponderante al textil en la intervención de la imagen, presentando hilos para el bordado, cintas decorativas y el ñandutí. Según la propia artista, el resultado es “una experiencia sutilmente mágica”.
Por su parte, Pajés presenta una serie de fotografías tramadas manualmente, en las que se cruzan las líneas y los planos, así como los colores entre una y otra toma.
Los atardeceres capturados a través del teléfono celular fueron el punto de partida de los trabajos de José Quevedo Allende, quien adiciona a la imagen otros elementos a través de técnicas como el collage, pintura, bordado y dibujos.
Según destaca el texto de la exposición, “los tres artistas proponen dialogar tomando como soporte la fotografía, pero solo como punto de partida, como una catapulta que los lleva a trastocar e intervenir este soporte y a interpelarnos con una nueva imagen. Un juego creativo muy interesante que nos devuelve la mirada de cada uno sobre el paisaje o aspectos intrínsecos del ser”.
La muestra, que cuenta con el apoyo de la Fundación Itaú, permanecerá abierta hasta el próximo 18 de octubre.