Además de la variedad rítmica en sus canciones, apostó por un show con concepto visual, en un concierto marcado por su gran energía, homenajes a otros artistas y un mensaje: ser conscientes de que la clave es amar.
Una fuerte lluvia en la tarde del sábado y nubes negras que no querían desaparecer, amenazaron con aguar la fiesta latina. Pero casi como un milagro concedido, el clima conspiró a favor del concierto del cantante colombiano, quien estuvo acompañado por un cuarteto de calidad.
Cerca de las 23:00 las luces se apagaron y la gran pantalla, que ocupaba todo el fondo del escenario de punta a punta, mostró a un Juanes astronauta en el espacio, y luego bajando de una nave a la Tierra. Un astronauta que pasaría por distintos estados y experiencias a lo largo del concierto, ya que cada canción fue acompañada por un video. Todos unidos formaban una sola historia. Es el concepto de su nuevo álbum “Mis planes son amarte”.
Envuelto en esta estética espacial, Juanes ofreció un concierto con toques eléctricos y bien rockero, sin dejar de lado su impronta latina. El músico halló así el punto de encuentro entre su inicio “heavy” con Ekhymosis y los ritmos tropicales. Con uno de sus grandes éxitos, “A Dios le pido”, Juanes arremetió en escena y el público, expectante a su salida, estalló en gritos y empezó a bailar desde ese momento.
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Tras más de una década de haber lanzado éxitos como “Nada valgo sin tu amor”, “Fotografías” y “Es por ti”, estos sonaron diferente en el show. La última, que es una balada rock, esta vez tiró al funk.
Entre “Fuego” y “Hermosa ingrata” sentimos a ese Juanes eléctrico que no dejó pasar la oportunidad de regalar solos donde transmitía pasión. Luego, un bello uso del efecto reverb en las guitarras hizo de introducción a “Ángel”, mientras veíamos al astronauta caminar por un bosque y encontrarse con una mujer.
“Uno viene a esta vida a aprender a amar, esa es la misión más grande que tenemos”, manifestó Juanes antes de hacer “El ratico” Y “Es tarde”. En un íntimo clima, el cantante hizo “Perro viejo”, junto a su guitarrista, quien se calzó una acústica.
“¿Quieren que sigamos, que paremos, qué quieren hacer?”, alentó Juanes a un público bien variado pero que no llenaba la mitad de la capacidad del court central del Yacht y Golf Club. Y es que el regreso de Juanes sorprendió, y lastimosamente fue anunciado poco más de un mes antes de la fecha del show, siendo tal vez esa una de las razones de la poca asistencia, o quizá el clima.
“La paga”, “La noche”, donde hubo mucho uso de sintetizador, y “Mala gente” marcaban la recta final del show, no sin antes homenajear a Soda Stereo con “Cuando pase el temblor”. Salió de escena tras “Me enamora” y “La camisa negra”. El reclamo del bis no se hizo esperar y volvió.
Luego de arrodillarse ante su público agradeció: “El mejor regalo que nos dieron es estar aquí hoy. Que no pasen otros 15 años para volverte a ver Paraguay”, dijo antes de cerrar su espectáculo con “Volverte a ver”, “Querida”, otro homenaje y esta vez a Juan Gabriel, y “La luz”.
Juanes supo demostrar que se ha ganado su lugar. Justamente entre otras nuevas propuestas, un artista debe reinventarse o apostar a otras estrategias. Además de la música, este show fue bien visual. Cada video fue creado especialmente para esta gira y eran de alta calidad cinematográfica. A veces uno podía quedarse prendido al video, con el estímulo de la música que lo llevaba a sumergirse completamente en la historia. Juanes entendió que debía mostrar un show diferente para, justamente, hacer la diferencia. Así el astronauta nos invitó a su travesía, donde comprendió que el significado de la vida es amar.
victoria.martinez@abc.com.py
