Björn Runge es un cineasta de larga trayectoria en el cine sueco y esta adaptación de la novela de la escritora neoyorquina Meg Wolitzer es su primera película en el cine norteamericano. Nos entrega un filme donde brillan Close y Pryce como la pareja de Joan y Joseph Castleman. Él es un exitoso escritor, con una falsa modestia que no logra ocultar su carácter engreído, y ella es su devota esposa, que le ha aguantado todo, incluso sus infidelidades.
Estamos en 1992 y una llamada desde Suecia altera la “paz” de la pareja. Castleman ganó el premio Nobel y la pareja deberá viajar a Estocolmo para recibir el premio. Lo que parece el viaje soñado se convertirá en una pesadilla.
Aclaramos que ese año el galardón fue para Derek Walcott y el filme no tiene relación con él. La intención de fijar la historia en esos primeros años 90 fue pintar un mundo antes de internet, donde aún los celulares no eran masivos y el mundo experimentaba un cambio político muy grande, tras la caída del muro de Berlín.
Como decíamos, lo que parecía que podría ser un sueño se convertirá en una pesadilla, pues desnudará cuáles son los cimientos de esta pareja. El frío de Estocolmo es el marco ideal para exponer los resquebrajamientos conyugales.
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Glenn Close nos entrega una actuación impecable, que con gestos y miradas dicen mucho más que con palabras. Pryce (que ya había hecho de escritor en “Analizando a Philip”) ofrece un rol más común, pero muy vívido. Sobresalen también los secundarios. Christian Slater es el escritor rastrero que quiere publicar la biografía de Castleman. Max Irons es el enojado hijo de la pareja, y Annie Starke es la joven Joan Castleman. Ella es la hija de Glenn Close quien debuta en el cine con este papel
Un filme interesante para quienes buscan una opción diferente en la cartelera. sferreira@abc.com.py
