Música y amistad: magia sin límites

El concierto denominado “El arte del encuentro” fue de una alta exquisitez musical y marcado por la sencillez de sus protagonistas: Toquinho, María Creuza y Berta Rojas. Los tres talentos hechizaron a un público que colmó el Gran Teatro del Banco Central del Paraguay, el sábado último.

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Tras sonar los primeros acordes de “Tarde em Itapuã”, Toquinho ingresó desbordando alegría y carisma, y se entregó al público así como a su guitarra, que es como una extensión de su cuerpo.

Tras mencionar que era un placer volver al país y “muy bien acompañado” reflexionó que “el pasado no debe ser nostálgico” más bien “debe ayudarnos a vivir el presente”, y aconsejó “vivir la vida intensamente”. En esta parte hizo más temas como “Samba de Orly” y “Aquarela”, con mucha energía. Presentó enseguida a Berta Rojas, quien ni bien puso un pie en escena fue ovacionada por un público realmente entusiasmado.

El sublime encuentro de guitarras se dio al son de “Se ela perguntar”, que dio paso a una angelada ejecución de Berta, quien homenajeó al cine paraguayo con “Renacer”, de Óscar Cardozo Ocampo, pues este tema musicalizó la película “Hamaca paraguaya”. El dúo volvió a unirse para “Odeón” y “Recuerdo de Ypacaraí”. Esta última calificada como una “canción eterna” por Toquinho, quien con su interpretación dio una maravillosa ofrenda a nuestro país.

Las emociones iban creciendo con el transcurso del concierto, y cuando el público estaba más eufórico llegó el momento de agregar otro talento al escenario. Antes, Toquinho recordó el disco que grabaron junto a Vinícius de Moraes, el cual les dio el gran reconocimiento. El guitarrista bromeó diciendo que ese álbum fue “una irresponsabilidad” que está cerca de cumplir sus 50 años. Entre risas y aplausos la gente recibió a María Creuza, quien sumó una melodiosa voz para “Eu sei que vou te amar”.

“Basta de nostalgia”, bromeó en un momento María Creuza. Y realmente parte de eso se cumplió pues algunas canciones hasta rozaban un espíritu rockero, dada la potencia que el bajista y el baterista conferían a los temas, sacándolos de esa nostalgia y llevándolos hacia un panorama moderno. Así sonó por ejemplo “Tomara”, donde se unió Víctor Vélez (marido de la cantante) quien arremetió al piano eléctrico con mucha polenta.

En tanto Toquinho y María Creuza teñían la velada con su fluidez y natural conexión, lo cual era un disfrute presenciar, el show siguió con una poderosa interpretación de la artista de “Manhã de carnaval”. Toquinho volvió a aparecer para recordar también a Baden Powell con “Berimbau”.

Seguidamente fue el turno de las mujeres, Berta y María Creuza se ubicaron a un costado para hacer atravesar a los presentes por uno de los momentos más intimistas de la noche, con “Dindi”, que se sintió dulce y tierna, aunque lastimosamente el micrófono no funcionó bien aquí; y con la sublime “Samba em prelúdio”, donde la cantante sonó profunda y vigorosa, apoyada en una ejecución guitarrística cargada de belleza por parte de Rojas, con el alma de Vinícius presente en todo momento.

Toquinho y María Creuza se unieron de nuevo en el tramo final con “A felicidade”, donde la gente añadió su canto, y cuanto más se seguía encendiendo la platea llegó “Voce abusou”. Berta completó el lienzo musical, al que también volvió a unirse Vélez en percusión, para despedirse con “Tristeza”. Dos ovaciones de pie pusieron broche de oro a una noche donde importantes artistas de la música latinoamericana pintaron su acuarela musical en un territorio donde no existieron fronteras. victoria.martinez@abc.com.py

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