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El gran actor británico Benedict Cumberbatch es quien encarna a este superhéroe de poderes místicos.
Scott Derrickson dirige el salto del Dr. Strange a la pantalla grande. Nos presenta una película atrapante en su trama y con una factura visual cautivante. Ha hecho una muy buena utilización del 3D y no nos apabulla con enfrentamientos de megadestrucciones. La película captura por su trama, con acertados toques de humor, y no por sus efectos, aunque es muy rica en su desarrollo visual “mágico”. Convertir a la ciudad de New York en un gigantesco caleidoscopio ya vale la película.
Aparte están las buenas actuaciones. Cumberbatch convence en su rol del engreido doctor que todo lo puede, cuya percepción de la vida cambia completamente al conocer al Anciano. Y es interesante que el personaje del Anciano lo lleve adelante Tilda Swinton, con un aura andrógina y etérea. Mads Mikkelsen es el villano Kaecilius, que lucha porque las fuerzas oscuras dominen la Tierra.
La película trata el origen del personaje y como Strange termina enfrentándose a Kaecilius para evitar que la Tierra se destruya. Como en toda película que se lanza en estos últimos tiempos, la historia no está completa. Siempre quedan algunos hilos para atarlos en una secuela. Con el éxito que está teniendo en todo el mundo la cinta, no hay dudas que en unos años más tendremos “Dr. Strange 2”. Que así sea.
sferreira@abc.com.py