El festival volvió al Teatro Municipal este fin de semana, luego de un año en que fue suspendido. En esta edición se dio destaque a arpistas populares, aquellos que tocan con los pocos dúos tradicionales que quedan. Pero también, como en sus diez ediciones anteriores, fue una vitrina para mostrar a los innovadores, tanto paraguayos como extranjeros.
La jornada del sábado se inició con Martín Portillo que presentó sus propias composiciones. Luego actuó la belga Pía Salva, con un arpa de concierto. Acompañada de un baterista hizo un repertorio muy ecléctico que se balanceaba entre la música de fusión, aires españoles y soul. Cantó una versión muy emotiva de “Toxic”, muy diferente a la de Britney Spears. Luego actuó un infaltable en el festival: Nicolasito Caballero, que hizo clásicos del country y el pop.
Una sorpresa fue el Arpistols Trío, proveniente de Colombia. Una propuesta jazzera, con el arpista Juan Pablo Rodríguez al frente, autor de la mayoría de los temas presentados. Muy buena comunicación con el contrabajista Julián Gómez y el baterista José Berrocal en un set enérgico y fresco.
Seguidamente, la onda cambió completamente con Antonio Rolón, que tocó con el conjunto del dúo Mongelós-Torales. Un estilo bien tradicional, con las bordonas bien sonoras. Rolón es una muestra de que este estilo no acabará, ya que se trata de un intérprete joven.
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Finalmente se presentó Rito Pedersen, quien ya fue director del festival en anteriores ocasiones. Hizo un repertorio variado, acompañado del guitarrista Guido Cheaib. Invitó a la pareja de bailarines Seudy Marlen y Armando Benítez, para quienes tocó “La cumparsita”. Finalizó su show con “Tren lechero” y “Pájaro campana”, ejecutados con arreglos delicados.
El público aplaudió con ganas cada propuesta, asegurando una próxima edición el año que viene.
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