Un futuro cineasta

BUENOS AIRES, Argentina (Maripili Alonso, especial). Oriundo de Abaí, departamento de Caazapá, vive hace siete años junto a sus padres en la Villa 31 de Barracas donde descubrió su pasión por el séptimo arte. Gracias al apoyo de un profesor, obtuvo una beca y hoy cursa el tercer año de la licenciatura en la Universidad del Cine (FUC).

En la noche del lunes, junto a otros cortometrajes de alumnos de dicha universidad, Aníbal presentó “Kuña Guapa”, un audiovisual de 9 minutos en el que plasma algunos de los prejuicios y exigencias al momento de contratar al personal doméstico.

“Mi mamá trabaja como limpiadora en las casas, mi papá es carpintero pero le agarró un ACV y ahora se está recuperando. El año pasado surgió la idea de hacer este corto, no sabía qué hacer, estaba hablando con mi mamá y le dije ‘¿cómo es tu trabajo?’. Como vivimos en la villa y es complicada la situación de decir ‘yo vivo en una villa’, te miran muy mal y les da miedo contratar a la gente”, comentó.

Otro punto en el que también hace hincapié es en el de evitar hablar acerca de los hijos, para que la posible ausencia cuando se enferman sea un impedimento para obtener el trabajo.

Junto a otros compatriotas que viven en la capital argentina realizó este cortometraje, que cuenta con diálogos en guaraní y un giro romántico.

En tanto, este jueves Aníbal llegará a Asunción para presentar “Valentino”, otro de sus cortometrajes que forma parte de la competencia nacional del 13° Festival de Cine LesBiGayTrans, que se proyectará a partir de las 18:30 en el Centro Cultural de España “Juan de Salazar” (Herrera 834 c/ Tacuary). El audiovisual, protagonizado por Gabriel Benítez y Edgardo Gabo, retrata el enamoramiento de un trabajador sexual y un cliente.

El joven realizador aprovechará además su estadía en nuestro país para hacer la preproducción de su primer largometraje, que estará inspirado en la historia de su abuela. “Mi primer largo, mi ópera prima quiero que sea bien paraguaya. Mi viaje también es un poco para eso. La idea es hacer primero un teaser y con eso venir a pedir ayuda”, subrayó.

Con respecto a los inicios de su pasión por el cine, Aníbal comentó que al principio en Paraguay soñaba con ser profesor, al punto que agarraba las muñecas de su hermana, se encerraba en un salón y les daba clases. Al llegar a Buenos Aires, en su escuela ubicada también dentro de la Villa 31 tenían un taller de cine, cuyo profesor le ayudó luego a obtener la beca que hoy le permite estudiar en la misma universidad por la que anteriormente pasaron Paz Encina y Pablo Lamar.

En este sentido Aníbal asegura que está “ultrapendiente” de lo que sucede con el cine paraguayo y que le encantaría poder acceder a las películas que se estrenaron en el país pero que difícilmente llegan a la capital argentina. Manifestó además que le encantaría poder exhibir sus cortos en Abaí y regresar a Paraguay para poder llevar a la pantalla las millones de historias que se pueden contar.