Bianca cautiva de entrada con “O Bôto”, de Tom Jobim, acompañada de dos grandes músicos: el baterista Julio Falavigna y el armoniquista José Staneck. Juntos son un trío que arrasa desde el principio.
Continuaron con “Festa no Carmo”, que ella compuso para su padre Egberto Gismonti. Mientras uno la ve y oye lo que logra con el piano, presencia algo fantástico. Todo su cuerpo está tocando. Puede pasar del frenetismo a la calma y luego remontar fácilmente. Su ejecución es brillante.
Siguieron el clásico de Egberto “Palhaço”, una hermosa balada que comienza con piano solo, y luego se unen la armónica y la batería. Fue sublime.
Seguidamente, ella quedó sola en escena y empezó a improvisar sobre “Forrobodó”, otra obra de su padre. Su técnica del “scat” es asombrosa. Cantó desde los susurros hasta la fuerza, paseando al público con la magia de su voz. Enganchó con “Agua de beber”, de Tom Jobim y Vinicius de Moraes.
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Luego emocionaron con “Maracatu”, de Egberto. Una súper obra donde la vanguardia se abraza con un aire carioca en una interesante mixtura.
Con una gran introducción de piano y armónica abrieron “Por toda minha vida”, de Tom Jobim. Fue hermoso oír esta poderosa balada llena de matices melancólicos. Las notas que salían del piano se arremolinaban y el público seguía muy atento, bajo el hechizo de Bianca.
Luego la artista presentó sus composiciones “Sonhos de Nascimento” y “Quer vir junto?”, que van hacia el estilo del jazz pero sin perder la esencia brasileña. El armoniquista se lució sacando todas las notas posibles, como agudos penetrantes donde uno podía sentir que se quedaba sin aire con solo mirarlo. El grito de “¡bravo!” del público fue instantáneo junto con largos aplausos.
El repertorio siguió con otra obra de Bianca, “O primeiro céu de Marina”. Una balada calma y suave, donde volvió a hacer gala de su improvisación que se siente natural. Transmitió frescura y ternura en otro momento mágico.
El final sería con “Dança Mandela”, tema que ella compuso inspirada en Nelson Mandela. Aplausos de pie coronaron lo que sería la despedida, pero ante la insistencia del público volvieron para cerrar con “Garoto”, de Tom Jobim. victoria.martinez@abc.com.py
