El fraude científico es muy analizado actualmente (están los conocidos estudios del investigador de la Universidad de Stanford Daniele Fanelli, los de Raymond Nickerson, etcétera), pero ya Francis Bacon tocaba en cierto modo el tema, y desde varios ángulos; por ejemplo, el de lo que hoy se suele llamar el «sesgo de confirmación»:
«Una vez que se ha adoptado una opinión, el entendimiento humano dispone todas las cosas de modo que la apoyen y estén de acuerdo con ella... Así en todas las supersticiones, astrología, sueños, profecías, juicios divinos y otras similares. Los hombres que se deleitan con estas vanidades reparan en los hechos cuando se cumplen, pero cuando fracasan, lo que pasa mucho más a menudo, los niegan o los olvidan…»
Era el siglo XVI, y Bacon necesitaba definir lo que estaba fundando como ciencia frente a las supersticiones. Hoy hay que ser ingenuo (o, por el contrario, ser astuto, y tener intereses de por medio) para ignorar que este tipo de problemas afecta también a lo que consideramos ciencia propiamente hablando, que no se trata de meras anécdotas y que el fraude científico involucra a instituciones y autoridades académicas y de toda índole, porque el funcionamiento de los mecanismos del circuito científico es parte del funcionamiento general de la sociedad contemporánea.
El «muzak» o «música para ascensores» se desarrolló y comercializó desde los años treinta del siglo pasado para «filtrar impurezas» en entornos donde se quería una música de fondo que «fuera oída sin ser escuchada». De modo análogo, también desde comienzos del siglo pasado, y en gran parte gracias a la prensa, la imagen social de la ciencia llega al gran público «filtrada de impurezas», de complejidad, de realidad, de elementos que podrían empañarla ante una vasta audiencia seducida por la valoración acrítica que promueve el grueso de sus difusores –desde los pequeños aliados menores (redactores, locutores, etcétera, a veces tan ingenuos como su público, otras venales, otras francamente amantes del prestigio y de la autoridad, otras sedientos de popularidad, de contactos, etcétera) hasta los importantes, los que deciden–.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
¡No es el caso de esta página! Aprovechamos el tema del día –el fraude científico que afecta al instituto Karolinska y al Nobel de Medicina– para declararla oficialmente hoy zona libre de todo compromiso que no sea con la ciencia pura. Y, por consecuencia lógica, entre los temas que investigaremos queda anotado el análisis estructural del funcionamiento de la ciencia como fenómeno sociohistórico, ayer y hoy.
juliansorel20@gmail.com
