El 8 de julio de 2012, Olimpia estaba a un punto de la coronación. Necesitaba un empate para conquistar el primer certamen local del año. Pero la tarde no estaba destinada para el festejo franjeado. Era el día del tradicional rival, de Cerro Porteño, que remó desde abajo, que cambió de técnico durante el campeonato, que nunca perdió la ilusión y que llegó a la ronda 22 con un punto de desventaja. “Fue hermoso, creo que era doce puntos de Olimpia delante nuestro. Empezamos a remontar y llegamos al último partido para desempatar. Fue espectacular porque ellos ya habían preparado los festejos. En el partido, a los diez minutos me quería morir porque me echaron. Pero Carlos Amarilla se equivoca y él reconoce que se equivocó porque después nos encontramos con el árbitro. Él, luego de echarme a mí, lo expulsa mal a un jugador de Olimpia. Él quiso igualar las cosas porque se equivocó en la primera”, recuerda Walter López desde la ciudad italiana de Salerno.
El uruguayo llegó al Ciclón a comienzo de temporada después de jugar un año en Peñarol. El carácter fuerte condujo al zurdo a marcar presencia y fuerza en los partidos, pero también a estar siempre al límite. Por eso, antes de los diez minutos de la etapa inicial el equipo de Jorge Fossati ya estaba con un hombre menos en el partido más importante del certamen. “Cuando me echaron, me bañe rápido y fui a ver el partido bajo la tribuna de Cerro. Me fui solo, sentía impotencia y estaba amargado porque dejé a mis compañeros con diez. El árbitro se equivocó, siempre jugué así y como yo digo, en los clásicos, las primeras dos o tres pelotas, hay que tirar todo hacia afuera, pelota y adversario, pero son mi manera de pensar. No era para roja, pero son cosas que pasan. No me sentí culpable por la expulsión”, admite el defensor.
López ganó el cariño del hincha azulgrana por la entrega y el corazón en cada juego. Fueron 35 presentaciones y cuatro goles en una campaña de campeón en el torneo Apertura, el campeonato Clausura y unos cuartos de final de Copa Sudamericana, que el futbolista considera injusto. Pero, sin dudas, el mejor momento de ese grupo que también tenía a Diego Barreto, Mariano Uglessich, Pedro Benítez, Matías Corujo, Fidencio Oviedo, Julio Dos Santos, Jonathan Fabbro, Édgar Benítez, Roberto Nanni, Rodrigo López, Santiago y José Domingo Salcedo, entre otros, fue en la primera parte de 2012.
El arranque no fue el mejor. El Decano había sacado buena ventaja, ganó 1-0 el primer clásico y parecía estar encaminado al título. La llegada de Jorge Fossati y aquel debut con el triunfo 2-1 sobre Nacional, dando vuelta el resultado en un minuto con doblete de Nanni, devolvió la esperanza y la confianza al Ciclón. Pero el momento cumbre, el que permitió acercar el sueño a la realidad, fue el 4 de julio: Cerro derrota 2-0 a Sol de América y contra todo pronóstico, Olimpia cae 2-1 contra Sportivo Luqueño. Era la oportunidad para darle un giro a la historia porque el siguiente y último duelo del campeonato enfrentaba a los dos más grandes del país.
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“Nunca dimos por perdido el campeonato porque teníamos un grupo espectacular. Creo que si era otro grupo en nuestras condiciones, no lograba. Eramos un equipazo, el grupo fue fundamental para el título. Nos dimos cuenta de que remontábamos cuando Olimpia pierde a dos fechas para el final. Quedamos a menos uno y estabámos muy confiados, con un empuje increíble. Fue una semana muy linda, yo disfruté porque estábamos tranquilos. Sabíamos que teníamos a Olimpia y su buen equipo, pero nosotros sacamos rebeldía y carácter para ganar, porque estábamos obligados a hacerlo para salir campeón”, agrega López.
El charrúa, que actualmente juega en el Salernitana de la Serie B de Italia, no olvida que Olimpia había preparado los festejos y se sentía campeón. “Ellos habían preparado el festejo una semana antes. Tenían a Marcelo Recanate, un personaje muy lindo que tuvo el fútbol paraguayo. Ellos ya estaban festejando, ya se sentían campeones y eso nos dio mucha fuerza internamente para remontar. Por eso dije la frase”, menciona el defensor entre risas. En un video que fue viral y hasta hoy es recordado, López expresa “los festejos no se preparan antes de tiempo” mientras sostiene la medalla de campeón. El título también fue especial porque el club cumplía cien años, un aniversario redondo con la conquista y el triunfo al tradicional rival, que ya tenía el trofeo en las manos.
Posterior al torneo Clausura, López dejó el Ciclón cuando pensaba que continuaría. Hasta hoy mantiene el enojo porque deseaba seguir. “No sé por qué no seguí en Cerro. Nunca entendí. No se sí fue el representante, nunca lo entendí, o quizás yo esperé más interés de la gente de Cerro en pedirme para quedarme. Me enojé por no haberme quedado, yo quería jugar un par de años más porque me sentía bien e hice bien también las cosas”, contó. A pesar del malestar, sabe que el capítulo Cerro está cerrado. “Creo que es un capítulo cerrado porque ya tengo 34 años y para el fútbol sudamericano ya sos viejo. Acá en Italia no porque juegan hasta más edad y el fútbol italiano es más lento que el paraguayo. Estuve cerca de volver cuando fue Francisco Arce y él no me quiso, fue el gusto que tenía a otros jugadores. Pero está bien, ningún enojo. Cada entrenador elige a los jugadores que quiere en su equipo”, culmina.
@DarioIbarra01
