Cerro fue un león en el clásico

Cerro Porteño se impuso claramente a Olimpia en el primer clásico del año, con la conducción de Félix Darío León. La experiencia del entrenador fue clave en el desenvolvimiento del equipo cerrista y en el cambio de actitud que fue notorio en sus filas, ya que el Ciclón ganó con temperamento y firmeza.

La dinámica impuesta por el cuadro azulgrana también fue decisiva para superar a un equipo de Olimpia que no se encontró en la cancha e hizo muy poco para merecer otro resultado.

Tras el primer encontronazo entre Mouche y Antony Silva, donde salió ganancioso el arquero de Cerro, a los dos minutos, el Ciclón pasó a dominar las acciones y acercarse al gol.

El habilidoso Josué Colmán, con pase en diagonal puso a Rodrigo Rojas frente al portero Barreto. El capitán cerrista elevó la pelota que salió cerca del marco olimpista, poco antes del primer gol. El defensor franjeado, José Cañete, regaló un lateral en ataque a Cerro, en una acción que después lo lamentaría. La pelota le llegó a Colmán, quien remató y Barreto tapó en una esquina. Colmán insistió, abrió por derecha para Raúl Cáceres, quien envió un centro preciso para el cabezazo de Guillermo Beltrán, que abrió el marcador en el “Defensores”.

Cerro fue más a lo largo del primer tiempo. Montenegro había perdido una de las pocas oportunidades de gol que tuvo Olimpia y en respuesta, el contragolpe azulgrana tuvo la definición de ensueño de Rodrigo Rojas, quien desde la medialuna, con Barreto adelantado, de toque sutil le hizo el “sombrerito” al arquero, para la segunda explosión de júbilo cerrista.

Si bien Cerro mostró aspectos importantes de la mano de León, también repitió defectos consuetudinarios, como bajar notablemente su ritmo en el segundo tiempo. Olimpia tuvo más la pelota y en momentos en que Cerro estaba con diez hombres, por la salida obligada de Rodrigo, Julián Benítez, puso el descuento franjeado con golpe de cabeza. El ingreso de otro “león”, Nelson Haedo, tras el tanto olimpista, robusteció a Cerro, que mantuvo el resultado hasta el final.