Cerro Porteño halla un oasis en el desierto

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Cerro Porteño triunfó en el clásico por 1 a 0 y dejó sin invicto a su tradicional adversario, Olimpia. En el primer tiempo, Alfredo Aguilar volvió a taparle un penal a Diego Churín. En el tramo final del encuentro, el defensor azulgrana Juan Escobar, con golpe de cabeza, anotó el gol que alegró a todo el Ciclón.

Cabezazo de Escobar inclina la balanza a favor del Ciclón

Cerro Porteño se quedó esta vez con el clásico del fútbol paraguayo, encontrando una suerte de oasis en medio del desierto que constituye el primer semestre para el equipo cerrista.

La victoria significa sin dudas un bálsamo para el Ciclón, que puede ser un empujón anímico para encarar lo que viene, por la Copa Libertadores y en este campeonato, donde se sitúa relativamente distante de la punta.

Esta vez, Zubeldía renunció a su preferencia por jugar con un solo hombre de punta, poniéndolo a Alfio Oviedo junto a Churín. Pero al primero le faltó mayor protagonismo en la definición de las jugadas, donde estuvo su déficit.

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En contrapartida, Raúl Cáceres fue lo más constante de Cerro en función de ataque, en el primer tiempo. Los primeros quince minutos fueron de asedio del Ciclón contra el marco franjeado.

Olimpia generó su primera carga profunda en una pelota ganada por Richard Sánchez en el medio sector, pasado el cuarto de hora. Ahí, Camacho tuvo un par de aproximaciones al arco de Silva, que no prosperaron. Luego, fue Camacho quien envió un centro que en el segundo palo, el juvenil Fernando Cardozo cabeceó desviado.

Otro centro, de Raúl Cáceres produjo la mano de Otálvaro, dentro de su área, para el penal sancionado por el árbitro. Como en el clásico de la primera rueda, se encargó Diego Churín y como en aquella ocasión, Alfredo Aguilar volvió a tapar el remate débil a una esquina. Con Mendieta en la cancha, Olimpia mejoró. Pero tras un tiro libre de Rodrigo Rojas surgió el cabezazo del zaguero Juan Escobar para inclinar la balanza a favor del Ciclón. Olimpia cedió el invicto, pero sigue con ventaja en la punta.

Lo Bueno

El horario adecuado para el espectáculo y para la seguridad de las personas. Si el estadio no estuvo lleno se debe a las circunstancias que atraviesan los equipos, como Cerro, que está más metido en la Copa. Jugar temprano permitió un buen desplazamiento de la gente, sobre todo tras el partido.

Lo Malo

Tener un clásico sin estadio colmado no es lo deseado. Esta vez el “Defensores del Chaco” presentó muchos claros, y la falta de interés de los aficionados hacia el campeonato es un tema que se debe analizar y apuntar los motivos. El sábado no es un buen día para un clásico y eso se pudo notar.

LAS CLAVES

1.  El mejor perfil de Cerro Porteño dentro de la cancha fue notorio en la mayor parte del partido. La iniciativa siempre la tuvo el Ciclón, que propició las llegadas más concretas frente al arco defendido por Alfredo Aguilar. Esta vez el técnico Luis Zubeldía puso a dos hombres en punta, pero lo de Alfio Oviedo, quedó corto. Más allá de la lucha, Alfio no fue positivo.

2. El penal nuevamente malogrado por Diego Churín en un clásico frente al mismo arquero Alfredo Aguilar prácticamente confirma que el delantero argentino no es un penalero con oficio. Aguilar ya le había tapado un remate desde los doce pasos a Churín, en el juego anterior. Esta vez, Diego cambió de palo, pero su remate fue displicente en vez de potencia.

3. El ingreso de William Mendieta le dio otro cariz al funcionamiento de Olimpia. Obviamente, Mendieta es el generador de fútbol del conjunto franjeado y marca la diferencia. Junto a Richard Sánchez y el arquero, Aguilar, William Mendieta fue de lo mejor que mostró Olimpia, al que el empate no le caía mal, para seguir invicto y liderando el campeonato.

spena@abc.com.py